«La respuesta social ante estas pandillas debe ser rápida»
Carlos de la Orden es psicólogo y trabaja con menores. Advierte de las consecuencias de no atajar la sensación de impunidad
Varios de los implicados en las agresiones de Los Remedios, cazados en un vídeo por un vecino
Carlos de la Orden es psicólogo experto en victimología y en jóvenes con problemas de conducta. Es sevillano y recuerda cómo en los años 90 las pandillas hacían de las suyas también, enfocándose igualmente en barrios de economías desahogadas, donde buscaban a víctimas propicias ... entre los menores. «Esto no es un fenómeno nuevo. Pero es cierto que genera muchísima alarma social y lo hace actual».
En su análisis pone el acento en la importancia de que haya pronto una respuesta social para combatir con eficacia la sensación de impunidad. «La mayoría de los menores que tienen que cumplir alguna medida, la aprovechan. El problema está en esa minoría que la hace una y otra vez y no se enfrenta a las consecuencias». Uno de los clamores de las familias de Los Remedios es que los 18 detenidos por los incidentes de Halloween quedaran en libertad a las pocas horas. Y uno de sus principales temores es que sus hijos vuelvan a ser víctimas. «Los próximos fines de semana van a ser tensos. Por eso, la presencia policial en esta circunstancia es relevante. No sólo por una cuestión punitiva sino para aportar a los jóvenes y a sus padres sensación de seguridad».
Desde su experiencia en el tratamiento de menores infractores no cree que este tipo de delincuencia juvenil, que ha sembrado tanto miedo en algunos barrios de la ciudad, haya llegado al nivel organizativo de las pandillas latinas, aunque comparten ese sentimiento de pertenencia a un grupo. «Es un proceso habitual de la individualización del adolescente. En edades más tempranas, los referentes, para lo bueno y lo malo, son los padres. Pero eso se va transfiriendo a la pandilla, a los amigos. Ese proceso acaba siendo un problema cuando hay una pérdida absoluta de la identidad y un sometimiento absoluto a las reglas que impone ese grupo».
«Los próximos fines de semana van a ser tensos. Es importante aportar sensación de seguridad en las calles»
Esas pandillas que actúan en la capital hispalense proceden de barrios conflictivos como la Esquina del Gato de San Juan de Aznalfarache o Polígono Norte. Ese contexto es un factor de riesgo pero no es determinante, señala este psicólogo. O al menos no tanto como el absentismo escolar y una educación excesivamente permisiva o basada en la violencia que favorecen la repetición de patrones cuando los niños alcanzan edades preadolescentes. «Hay un primer trabajo en el ámbito familiar que es clave».
Tramo de edad de alto riesgo
Para este profesional, el tramo de edad más preocupante, cuando fallan los controles, se sitúa entre los 12-14 años. «Los chavales están abandonando la niñez, en pleno proceso madurativo. Si además consumen sustancias y no tienen ningún filtro ni vigilancia sobre lo que consume en redes sociales o en internet, acaban distorsionando la realidad». En este punto, Carlos de la Orden señala la importancia de instagram o tiktok en la transmisión de valores. «Son las herramientas de comunicación actuales. Por eso hay que estar muy pendiente de lo que consumen y contextualizarles lo que están viendo. El nulo control parental en este asunto es un error».
Sobre las secuelas de las víctimas de estas pandillas, este psicólogo habla de efectos como la ansiedad, el insomnio, taquicardias y «otras consecuencias fruto de haber vivido una experiencia dura. Es normal que tengan miedo a salir a la calle en las próximas semanas. Pero lo normal es que en un mes, más o menos, esos efectos pasen y no necesiten apoyo farmacológico para salir adelante».
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