Miguel Ángel Carbajo, director de Cáritas: «De no ser por las parroquias, en Sevilla se generaría una exclusión tremenda»

- ¿Qué sería de mucha gente pobre en Sevilla si no existieran parroquias?

- Un desastre, un desastre, un desastre. Nosotros no podemos ni debemos sustituir a la administración. Somos un recurso de ayuda y acompañamiento a personas descartadas, excluidas o en riesgo de exclusión. Ellas son las personas descartadas. Nosotros somos acompañantes. ¿Qué sería de Sevilla sin las parroquias? Sería un desastre, un desastre. Yo creo que, además, se generaría una situación de exclusión tremenda. Sería como las imágenes que nosotros vemos en Estados Unidos cuando se ven las calles de las víctimas del fentanilo. Sería una cosa así, absolutamente brutal. Porque en el fondo estamos respondiendo a una necesidad. Muchas veces cuando me dicen, bueno, y Cáritas, ¿va a durar toda la vida? Pues yo digo que espero que no, porque soy creyente.

- Están para maldición de la pobreza y para 'bendición' de quien nada tiene.

- El nivel de intervención de las parroquias en sus realidades más cercanas es absolutamente esencial. Pero es más, si en sus realidades más cercanas no existe una situación de respuesta, de necesidad imperial, esas parroquias están atentas a otra realidad. A otras parroquias. Eso a mí me encanta.

- ¿Me pone un ejemplo?

- Nosotros ahora mismo las situaciones que podemos atender aquí son de transeúntes, pero no tenemos una realidad excesivamente dura, como se puede tener en otras parroquias. Entonces, ¿qué hacemos? Colaboramos económicamente y personalmente, voluntariamente, con otras parroquias. Hay personas que son voluntarios en las parroquias de San Jesús Obrero. Nosotros en Cáritas decimos que los voluntarios no son voluntarios, son gente de pastoral. Pues esa gente de pastoral que se mueve y funciona para nosotros es maravillosa. Eso es vida. Eso sí que es ser cristiano. Y, bueno, al final traslada también la palabra del Señor.

La cita

«Si no hubiera parroquias, Sevilla parecería Estados Unidos con el fentanilo. Sería una cosa así, absolutamente brutal»

Miguel Ángel Carbajo

Director de Cáritas Diocesana de Sevilla

- Evangelizando con el ejemplo, que la esperanza nunca defrauda, como expresaba en su bula el Papa Francisco.

- El Papa Francisco lo decía de manera muy clara. «Dejad de hablar, dejad de hablar. Porque ahora mismo la palabra ya no tiene valor». Los cristianos lo que tenemos que hacer es dar testimonio. Y eso nos sirve para evangelizar.

- ¿Qué papel tiene en su hoja de ruta la juventud?

- Muchas veces se acercan. El Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular que tuvimos aquí sirvió. No sólo para tener los pasos en la calle, sino para cuestionarnos, para saber que la fe contiene compromiso. Y poder trasladar mensajes también. Eso es maravilloso. Ahí está el compromiso. Yo se lo digo a mis hijos: los incómodos en este mundo creen en Dios, porque deben juntarse con gente que no cree en Dios.

- ¿Qué objetivo personal se marca de aquí a 2028, fecha en la que concluye su primer mandato?

- Serán cuatro años o más, depende del tiempo y del Espíritu Santo. Mi labor es continuista en Cáritas. Me centro en dar respuesta a la vivienda, el voluntariado, que creo que es una herramienta esencial. Y buscamos jóvenes. Tenemos una media de edad muy alta en el voluntariado, yo creo que nos falta acertar con el mensaje para atraer, porque el joven es una persona tremendamente comprometida, y lo único que hay que darles es el espacio y el momento y responden de manera muy responsable, son infalibles.

- ¿Qué le queda para abrir al centro para personas sin hogar que estará junto a la Giralda, en la calle Don Remondo?

- Ya estamos ahí con las obras, y nos va a tocar a nosotros la gestión y el desarrollo de la casa. Las obras van a buen ritmo y supongo que para el principio del año que viene debe estar en funcionamiento. No es un albergue ni barbaridades de ésas que hemos oído: es un espacio intermedio entre la calle y nuestros centros residenciales estables, donde vamos a seguir trabajando en la autonomía de las personas, como hacemos en el Centro Amigo.

- Uno de sus frentes de trabajo consiste en eliminar la exclusión social, los datos de inmigrantes son alarmantes.

- A mí me hace mucha gracia cuando oigo en las redes que las ayudas van para los inmigrantes. Para ellos no puede ir ninguna ayuda porque no tienen papeles. Nada, al no tener papeles 'no existen', entonces estamos en un trabajo de acompañamiento personal. Además, son personas tremendamente resilientes. Son personas para escucharlas, con tragedias vitales y mochilas durísimas.

- ¿Es consciente Sevilla de su propia pobreza?

- Es consciente inevitablemente. Más allá de problemas de tráfico, los toldos, las podas, yo creo que Sevilla es consciente de que hay una población cada vez más consciente y más sensible de una realidad de pobreza cada vez más evidente. Ya no se puede esconder: la pobreza es difícil de esconder por más que se empeñen en esconder a personas sin hogar. Aunque pretendas esconder esas realidades son cada vez más evidentes y yo creo que Sevilla es muy consciente.

- ¿Cuántos donantes son verdaderamente discretos con sus donaciones?

- Te sorprendería la gente, de aquello que se decía de que la mano izquierda no sepa lo que hace tu derecha. Y te sorprendería la generosidad de la gente desde la fe. Tenemos aquí gente que hace aportaciones económicas sustanciales que se han enfadado cuando le hemos mandado una carta de agradecimiento. Esa generosidad escondida está ahí, nosotros eso lo valoramos mucho porque eso está muy escondido. También pasa en los legados.

- ¿Donamos a Cáritas hoy día más cuando morimos que hace diez años?

- En las herencias cuando se establece el testamento se están generando legados a Cáritas que nos permiten el desarrollo de los proyectos. No hay incrementos pero sí que hay una estabilidad que gracias a Dios nosotros lo agradecemos profundamente pero son, insisto, detalles absolutamente escondidos.

- ¿Qué me dice de la acción social de las hermandades?

- Yo tengo muy poco conocimiento de las hermandades. Cuando te pones a rascar un poquito la bolsa y veo que hay culto, formación y caridad hay quien presenta la caridad con la boca chica... pero la caridad cada vez tiene más capacidad de intervención. Intentamos que sea un trabajo coordinado con el Consejo para intervenciones. Ese trabajo lo está haciendo muy bien el vicario, el pastor social Salvador Diánez. Está haciendo un trabajo muy bonito de coordinación en las intervenciones en el Polígono Sur que tiene su valor, porque intentar coordinar a las hermandades también tiene sus complicaciones.

- ¿Qué opinión le merece la oposición del Papa León XIV frente a la pobreza?

- Dice la gente que el Papa León XIV es discreto; que no sale tanto en las redes, que es agustino hasta para eso. Es una persona con una trayectoria para mí muy significativa de compromiso, de misión. Yo creo que eso él lo lleva, se le nota muchísimo en sus intervenciones, pero su mensaje contundente va de la doctrina social de la Iglesia. Yo soy un defensor de la doctrina social de la Iglesia, que es una de las grandes desconocidas. Es necesaria la paz entre nosotros pero también la paz entre los países.