La Junta de Andalucía ya es la propietaria del yacimiento del Carambolo de Camas
El empresario Gabriel Rojas, dueño de los terrenos, ha firmado la cesión de la titularidad ante notario en una donación sujeta a la creación de un museo
Así será el futuro museo del Carambolo de Camas
José Antonio Ramírez, el notario Manuel Ramos Gil y Gabriel Rojas tras la firma de la escritura
El yacimiento del Carambolo, situado en Camas y declarado Bien de Interés Cultural (BIC), ya forma parte del patrimonio público andaluz. El cambio de titularidad se hizo efectivo ayer con la firma de la cesión ante notario del empresario Gabriel Rojas, hasta ahora propietario ... del terreno, y el delegado territorial de Economía y Hacienda de la Junta, José Antonio Ramírez Sierra. Ambos rubricaron la escritura de la que dio fe Manuel Ramos Gil, después de que se haya elaborado un plan de actuaciones que pondrá en valor este lugar, que da nombre al tesoro fenicio encontrado en 1958 y en el que la administración creará un centro de interpretación.
Este último paso se ha dado casi dos años después de la firma del protocolo entre el promotor sevillano y la entonces consejera de Cultura, Patricia del Pozo, que fue la que se comprometió a fomentar la difusión del yacimiento. Con el plan de actuación ya aprobado y las primeras acciones emprendidas, como la organización de una serie de jornadas técnicas con arqueólogos y arquitectos para definir la hoja de ruta, ya sólo quedaba la firma ante notario.
De hecho, en ese encuentro de expertos, celebrado el pasado 22 de enero, se acordó que el futuro centro de interpretación incluido en el protocolo sea «de mínimo impacto». Por eso mismo no se habla de centro como tal, sino de espacio. Los arquitectos y arqueólogos coincidieron en sus conclusiones de que «un edificio «ocultaría el yacimiento y restaría personalidad».
La decisión de Gabriel Rojas de ceder gratuitamente el terreno, que no tienen ningún tipo de carga y está excavado casi en su totalidad, estaba condicionada al compromiso de la Junta para sacarlo del abandono y ponerlo al servicio de los ciudadanos. Así se hacía constar en el protocolo que se firmó en un acto en el Palacio de Altamira, sede de la administración andaluza, en abril de 2022. Aquel documento incluía la obligación de habilitar un lugar en el que se expongan los hallazgos.
Con ello, su propietario daba por cumplido el sueño de potenciar ese pasado tartésico de Sevilla, que pretendía llevar a cabo por su cuenta con la construcción de un hotel y un museo vinculados a la prehistoria de la provincia hace casi dos décadas. Aquel proyecto se terminó tumbando y ya sólo quedaba el camino de la gestión pública. El yacimiento está excavado casi en su totalidad. Apenas queda un un 20% del templo milenario por explorar y aunque hay pocas esperanzas de dar con hallazgos tan magníficos como el tesoro del Carambolo, que se exhibirá al fin en el Museo Arqueológico de Sevilla tras su rehabilitación, sí permitirá tener un conocimiento completo de lo que en su día fue un lugar sagrado.
El caso del yacimiento del Carambolo es bastante particular, teniendo en cuenta su largo historial desde que fue adquirido por el empresario sevillano en el 2000. De hecho, él mismo firmaba el protocolo de donación hace dos años con la misma Consejería que paralizó su proyecto. La inversión de 30 millones de euros que tenía prevista cuando compró las tierras quedó en el aire, a pesar de que la administración andaluza lo había recalificado para ese fin y contaba con todas las bendiciones antes de la orden de paralización que se redactó a última hora y que conllevó una cara indemnización que salió de las arcas públicas.
De forma previa al inicio de las obras, la promotora había encargado una serie de excavaciones que duraron varios años y que, en su última etapa, lideró el arqueólogo Álvaro Fernández, sacando a luz vestigios cuya cronología arranca en la Edad del Cobre y abarca todo el periodo tardío de la Edad del Bronce y la Protohistoria, destacando los restos de un antiguo santuario actualmente interpretado como un centro ceremonial fenicio.
Esta última actuación que tiene prevista la Junta para habilitar un espacio que permita al visitante hacer una interpretación del lugar, incluirá también una cronología desde el primero y mayor hallazgo que data del 30 de septiembre de 1958 cuando salió a la luz de manera fortuita el tesoro de 21 piezas de oro macizo, que se usaba para ornamentar a los toros que iban a ser sacrificados en honor de los dioses Baal y Astarté. Ese descubrimiento, almacenado todavía en la caja fuerte de un banco, es una de las referencias más importantes de la civilización tartésica.
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