Golpe definitivo a un Gobierno municipal corrupto

Asesores de ambos políticos han admitido con la firma del acuerdo judicial que el dinero que obtenían de la constructora por las adjudicaciones iba a parar a las arcas del PSOE e IU mediante métodos tan rudimentarios como la entrega de los billetes en cajas de zapatos. La empresa lo consignaba en sus cuentas como 'Langostinos Maera', en referencia al local donde cada mes uno de sus miembros cenaba con un emisario municipal para hacer repaso de futuras adjudicaciones.

El relato no es menos sórdido del que recogía la grabación que dio origen al caso Mercasevilla y que desveló ABC en 2009. Como en el caso ERE, la juez Alaya tiró de un hilo de aquella conversación de los directivos de la lonja que pretendían cobrar una mordida a empresarios para concederles una escuela de hostelería. Los directivos nombraron en varias ocasiones a un tal 'Quique' como una especie de 'conseguidor' municipal, un asesor del alcalde. 'Quique' era Domingo Enrique Castaño, un abogado cuya carrera en la política municipal le llevó de la mano de Monteseirín a varios destinos en los que se detectaron prácticas irregulares. Desde la Asociación vecinal Unidad, investigada por facturas falsas, a la Agrupación Socialista Macarena, la propia Mercasevilla y la dirección de Vía Pública o más tarde la Fundación DeSevilla que regentaba IU, la ruta de 'Quique' marcó un reguero de escándalos en los que pasó inadvertido.

Alaya se fijó en el tal 'Quique' cuando tiró del hilo de Mercasevilla para abrir un investigación que la Guardia Civil llamaría caso 'Madeja' al advertir un enriquecimiento llamativo de aquel discreto asesor del Grupo Municipal Socialista. Según la juez, el patrimonio de Castaño pasó de 200.000 euros en 2005 al millón de euros que acumulaba en 2011. De tener un piso, había pasado a comprar una casa en el centro, un chalet en Hato Verde y mantenía en su cuenta corriente 250.000 euros. Entre su patrimonio aparecía un Audi 4 Avant que fue fundamental en la investigación cuando responsables de Fitonovo admitieron que se lo regalaron para obtener adjudicaciones.

Si el caso Mercasevilla acabó con un régimen político en Andalucía con la condena de dos de sus presidentes en el caso ERE, ahora vuelve a ser la clave que desmonta una década de sobornos en el Ayuntamiento de Sevilla durante la etapa de Sánchez Monteseirín como alcalde.

Una época en la que ABC informó de todos y cada uno de los escándalos antes reseñados y en los que sus periodistas fueron hostigados, especialmente por el teniente de alcalde Rodrigo Torrijos, hoy sentado en el banquillo de la Audiencia Nacional. Torrijos llamó «Kleenex» a los periodistas que desarrollaron la ingente investigación periodística a raíz del caso Mercasevilla; uno de sus concejales, Carlos Vázquez, los llamó «txakurras» en un pleno, término con los que la banda terrorista ETA califica a los agentes de las fuerzas de seguridad y que significa 'perro' en euskera. Miembros de IU, el partido que según desvela el acuerdo judicial del caso Fitonovo recibió dinero de mordidas en cajas de zapatos, hizo camisetas y pasquines con la imagen de Pinocho y el lema: «ABC facha y mentiroso»...

El tiempo y la Justicia han concluido que aquel periodo estuvo marcado por prácticas corruptas que hoy, según los actuales dirigentes municipales serían imposibles de hacer y admitir.

El reconocimiento de los hechos rompe el victimismo de Torrijos como político perseguido. Ahora intenta defender la prescripción de los hechos para evitar la condena. Y también señala a Monteseirín, sin llegar nunca a los banquillos, al haber sido máximo responsable de aquel ayuntamiento, a pesar de lo cual el Gobierno de Pedro Sánchez lo mantiene como alto cargo, Delegado Especial del Estado para la Zona Franca de Sevilla.