Cristiano: objetivo, jugar la Champions el día 23

Ronaldo posee tanta calidad que marcó el tercer gol al Borussia Dortmund, decisivo en la eliminatoria, roto muscularmente y con una tendinitis rotuliana en la pierna izquierda. Sufre una «pequeña rotura fibrilar» en el bíceps femoral de esa extremidad desde aquella goleada, 3-0, del 2 de abril. A la hora del partido, el portugués notó la rotura y fue ostensible que ya no disparaba a puerta desde lejos. Anotó ese tanto con un regate al portero y un toque blando a puerta vacía. Y después solicitó el cambio.

Tendido en el césped, las alarmas que se encendieron en la afición tenían mucho fundamento. CR7 no se tira al suelo para hacer teatro. Si cae es que sucede algo importante. Así era. La resonancia magnética realizada ayer en su pierna confirmaba que la rotura no se ha curado totalmente y requiere más descanso. No jugó ni en San Sebastián ni en Dortmund. No lo hará mañana frente al Almería. Y es «casi seguro» que tampoco podrá disputar la final de Copa el próximo miércoles. El objetivo es que pueda reaparecer el día 22 en las semifinales de la Champions.

Si la rotura es de grado 1, el Balón de Oro necesita entre dos y tres semanas de recuperación. Llegará justo al duelo de Liga de Campeones. El propio Carlo Ancelotti dejó entrever en Dortmund esa meta del delantero: «No ha jugado aquí y esperamos que pueda disputar las semifinales». No hablaba de la final de Copa.

El mes negro de los blancos. Es la rotura fibrilar la que ha derrotado a CR7 . La tendinitis rotuliana la toreaba como podía, como un «forçado», con tratamiento de ondas de choque y fisioterapia. Pero cuando la dolencia es muscular no hay nada que hacer. No sirven las infiltraciones. Solo vale descansar. Es lo único que ha podido detener al luso, que ha vuelto a tropezar en la misma piedra del año pasado. En las semifinales de la Copa de Europa de la temporada anterior jugó con una muslera, mermado, por culpa de otra dolencia muscular. No debe disputar todos los partidos. Se lo dicen. Pero él impone su criterio y los entrenadores le dejan decidir.

En  el Real Madrid lamentan este cúmulo de lesiones que ha disminuido físicamente al equipo desde hace un mes. Han caído Jesé, Arbeloa, Cristiano y Marcelo. También fueron baja Di María y Modric por procesos gripales. El conjunto rendía pletórico físicamente en el ecuador de marzo y llegó tocado al clásico del día 23, con Cristiano aquejado de su tendinitis rotuliana y Di María recién superada una gastroenteritis. Desde entonces, todo han sido problemas de índole física.

Marcelo, al menos, ya tiene el alta. Ayer se entrenó con normalidad y reaparecerá en la final de la Copa del Rey. Una buena noticia como contracrónica del nutrido parte de bajas.

El Madrid no solo es CR7. El cuerpo técnico ha echado de menos a sus lesionados en estos momentos fundamentales de la temporada. No tuvo a Jesé como relevo para responder al Barcelona, el Sevilla y el Borussia en Dortmund. Y Ancelotti añoró a Arbeloa para aportar mayor disciplina defensiva en el clásico y en el Sánchez Pizjuán.

Argumentada la relevancia de las ausencias, en el Real Madrid no se quejan. Llorar no les pega. Miran hacia adelante. El equipo debe demostrar que no solo es Cristiano. «Hay que dar la cara y demostrar que somos el Real Madrid y que nos rehacemos ante la adversidad», señalan fuentes del club. En la casa piensan que se ha hecho un esfuerzo mastodóntico por fichar a grandes futbolistas y son ellos los que han de contestar ante los problemas. Es la hora de Bale, de Benzema, de Modric, de Isco, de Xabi, de Di María. La presumible baja de CR7 en la final ha generado un ambiente de resignación en el madridismo que ellos han de transformar en alegría.