Los diez días que levantaron al Real Madrid

Ese 27 de marzo, por la mañana , en Valdebebas, tras una noche de poco dormir, hubo cumbre entre el técnico y sus hombres . No debían desconcentrarse como sucedió en Sevilla. La disciplina táctica era fundamental. Había que exprimirse si el equipo pretendía luchar por tres títulos . Y recuperar la ilusión del madridismo.

Aceptar los pitos y remontar. Xabi , que perdió el balón que propició el 1-1 del Sevilla, entonó el «mea culpa» y lanzó este mensaje a la plantilla : «Si queremos ganar esta Liga no podemos perder ni un punto más». El grupo expresó su unión para dar un vuelco a la crisis. Todos tenían en mente el enfrentamiento con el Borussia en la Champions, el 2 de abril, como el objetivo para revolucionar el sentimiento de decepción y recuperar la moral interna y externa. Pero antes, el 29 de marzo, se medían a un duro examen ambiental. Jugaban en el Bernabéu ante el Rayo. Había que aguantar los pitos y vencer como fuera.

Resignación, nunca. No se podía fallar más veces. Los blancos golearon, 5-0. Ni los cinco tantos salvaron a las estrellas. Un sector de la afición silbó a Cristiano por no dar un pase de gol a Morata. En realidad expresaban su enfado por el estado del Madrid en la Liga. Una semana antes era líder. La resignación nunca ha casado con el madridismo.

Ronaldo estaba enfadado por las protestas en su contra. El equipo asumió que debía dar un golpe al Borussia para recuperar en las gradas el optimismo ancestral del Madrid.

Hubo charla profunda antes del cara a cara con los pupilos de Klopp . No podían fracasar. El 3-0 tranquilizó el ambiente. La apuesta por la Copa de Europa persistía intacta. La rodilla de Cristiano, sin embargo, no. Pidió el cambio ante los alemanes. Levantó la alarma. Asustó. En esta situación de «stand by», Ancelotti abordó el más difícil todavía. Decidió jugarse la Liga sin el portugués en San Sebastían. Habló con Ronaldo y le convenció para que descansara el sábado y reapareciera más fresco, en Alemania, este martes. Dialogó con toda la plantilla y expuso a sus hombres que en Anoeta tenían que demostrar quienes eran. Dejar claro que pueden ganar sin Ronaldo .

Reafirmación de poder. Muchos criticaron al italiano que regalaba la Liga. El preparador tenía un argumento. Si el Madrid de Bale, Benzema, Isco, Ramos, Pepe y Xabi perdía en San Sebastián sin CR7 es porque no merecería ser campeón.

Venció 0-4. El equipo ha estallado de júbilo. Ha soltado la tensión. Se demostró a sí mismo que es capaz de todo. Y dejó en evidencia su unidad. Tenía razón Ancelotti en la entrevista concedida a este periódico. «Aquí hay pocos egos». Pepe celebró el 0-3 con el banquillo. Se abrazó a Casillas y a Casemiro , que no lo están pasando bien. Cuando Bale anotó su golazo, todo el equipo se fue a por él. Le han integrado al grupo. Illarra se sintió arropado por sus compañeros tras el 0-1. Morata fue jaleado. Era un homenaje a los suplentes, ahora más importantes y decisivos que nunca.

En el viaje de vuelta a Madrid se vivió un sentimiento de reafirmación que ha calado en la plantilla. En dos jornadas, en tres partidos, han anotado doce goles sin recibir ninguno. Disciplina. Se han demostrado qu e «si queremos, podemos ». Fue la arenga que los líderes dieron en el vestuario de Anoeta tras el 0-4. Ayer, en Valdebebas, persistió esa labor de grupo, de sensación de poder. «Somos una piña». Pelean por los tres títulos con convicción.

Gareth Bale . Ya siente que puede triunfar en el Madrid. Hace un mes tenía dudas respecto a su adaptación. Su golazo al Elche fue un punto de inflexión. Vio que podía ser grande. Hoy está convencido. Suma 16 goles y 16 asistencias. Su trallazo en Anoeta es la demostración. Piensa ser decisivo en los títulos

Diego López . Fortaleza mental. Realizó una parada colosal ante Vela , en Anoeta, una jugada que fue anulada por fuera de juego. Pero la rapidez y la capacidad del portero, batido, demostró una vez más la seguridad que emana bajo los palos tras ser víctima de un examen exhaustivo y periódico en cada partido. Mantener esta regularidad con esa presión evidencia la fortaleza de carácter que le define. Juega contra más que once. Su «tableta» de abdominales es un acicate para otros guardametas

Pepe . El líder en la sombra. Es una de las claves de esta lucha del Madrid en tres frentes. En 2013 pensó marcharse, dada su fama. Ancelotti le convenció para quedarse. Realiza la mejor temporada de su vida. Es un líder. Es el mejor defensa. El madridista que más balones recupera, 26 de media por partido, y el que menos faltas hace. Lleva 16 en toda la Liga. Su arma es la anticipación