Westworld
Pasado, presente y futuro de «Westworld», el lujoso pero excesivo rompecabezas de HBO
La serie de ciencia ficción regresa dos años después con una tercera temporada ambientada fuera del parque temático y una trama aparentemente menos complicada
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Iniciar sesión«Westworld» es un título clave de la nueva HBO precisamente por ser un carísimo cóctel de los grandes éxitos del canal durante la época preplataformas: una serie sobre un parque temático que recrea el lejano Oeste, poblado de robots de apariencia humana y ... al que recurren los hombres como diversión sin fatales consecuencias. Antes del adiós de su buque insignia «Juego de Tronos» en 2019, «Westworld» –cuyo debut se produjo hace más de tres años en otoño de 2016– venía a recoger el testigo de la mega-adaptación televisiva de las novelas de George R. R. Martin ; no sólo por su espíritu comercial, casi blockbuster , sino también por fusionar otra vez el clásico drama de la vieja HBO con un género (fantasía, ciencia ficción), poco habitual en la televisión por cable.
De hecho, HBO aterrizó como servicio de vídeo bajo demanda en España en diciembre de 2016 con los últimos episodios de su primera y vitoreada temporada. Sin embargo, por presupuesto y calendario, la creación del matrimonio Lisa Joy & Jonathan Nolan tardó año y medio en regresar a las pantallas con una secuela que no causó el mismo furor , quizás por repetir y tergiversar la fórmula inicial. Daba la sensación de que querían doblar la apuesta –más y mejor–, pero torres más altas habían caído...
El desenlace de la primera temporada desveló un secreto a voces en los foros de internet: el Hombre de Negro ( Ed Harris ), obsesionado con la última jugarreta del cocreador y director del parque temático, Robert Ford ( Anthony Hopkins ), era la misma persona que William ( Jimmi Simpson ), el invitado de sombrero blanco que se encapricha de la robot y damisela en apuros Dolores ( Evan Rachel Wood ). O sea, los guionistas habían estado jugando con dos líneas temporales diferentes.
También se desveló el plan maestro de Ford: él estaba detrás de la rebelión de las máquinas liderada por Dolores, que acabó dándole matarile , y secundada por la madame Maeve ( Thandie Newton ), cuya prometedora trama –tenía recuerdos de una vida pasada y aprovechaba cada muerte para autotunearse– acabó de manera frustrante tras decidir no salir de Westworld y así buscar a su «hija». Pero el gran giro de guión, revelado episodios atrás, fue la verdadera naturaleza de Bernard Lowe ( Jeffrey Wright ) tras asesinar a su superior y amante Theresa Cullen ( Sidse Babett Knudsen ): era la réplica robótica de Arnold Weber, cocreador de Westworld junto a Ford.
Aquella revelación ha marcado el desarrollo de la serie incluso en su inminente tercera temporada . Puede que «Westworld» comparta elementos clave con «Perdidos» (fragmentación del relato, flashbacks , aislamiento de los personajes, lucha del bien contra el mal), pero la megaproducción de HBO también se aproxima a otro título de la ciencia ficción que marcó los años 2000: «Battlestar Galactica» .
La reimaginación de «Estrella de combate» jugó durante cuatro temporadas con quiénes de sus protagonistas eran humanos y quiénes cylons , aquellos sublevados robots que, tras cercenar la humanidad, se habían infiltrado con apariencia humana entre los supervivientes; el asunto tenía miga, pues ni los propios cylons sabían que lo eran hasta su activación. Además planteaba si aquellas máquinas podían desarrollar sentimientos y tomar decisiones.
Qué pasó en la segunda temporada
Esta cuestión siempre ha interesado a los guionistas de «Westworld»: el bonachón de Teddy ( James Marsden ) se suicidó al final de la segunda temporada tras descubrir que su amada Dolores le había convertido en un asesino. Y Akecheta, el líder de la tribu india Nación Fantasma, fue el primer anfitrión en descubrir qué era realmente Westworld a raíz de un fugaz encuentro con Logan Delos, hijo de James Delos (principal accionista del parque) y compañero de viaje del joven William durante la primera temporada.
La secuela de «Westworld» continuó la dicotomía humano/robot con un amnésico y en baja forma Bernard, que tenía que seguir ocultando su identidad entre sus superiores y su plan secreto: se había autojaqueado para que, una vez le rescatasen, nadie descubriese su intención de asesinar a Charlotte Hale ( Tessa Thompson ), jefecilla de Delos. Dicha amnesia se materializó en diferentes líneas temporales; pero, a diferencia del primer año, los guionistas sí las hicieron evidentes a través de fundidos a negro.
Esta dualidad también se perpetuó a través del personaje de Emily ( Katja Herbers ), al que el espectador conoció por primera vez en el parque temático hindú. Sorprendentemente los guionistas no tardaron en desvelar su identidad (hija de William/Hombre de Negro) e intenciones (sacar a su padre del juego para rendir cuentas en el exterior). En este caso, fue el propio William quien dudaba de la identidad de Emily hasta que, convencido de que ella es un robot creado por Ford, la asesinó. Un posterior y extenso flashback esclareció el drama familiar: Juliet (mujer de William, madre de Emily e hija de James Delos) se había suicidado tras descubrir las atrocidades, recopiladas en una tarjeta, que su ausente marido había cometido en el parque.
El descubrimiento de Juliet entronca con el sorpresón de la secuela: Delos no solo estaba recopilando toda información de sus robots anfitriones, sino también la de sus huéspedes humanos. ¿El motivo? Crear fieles réplicas y alcanzar la inmortalidad del ser humano, como la del propio James Delos, cuyo versión robótica era objeto de continuo ensayo y error.
Junto a Bernard y William, las otras dos protagonistas de la segunda temporada fueron Dolores y Maeve, aunque en tramas casi siempre paralelas. Mientras que Maeve se paseó por el mundo samurái –donde descubrió su telepatía– y llegó a su antiguo hogar, donde su hija ya tenía otra madre; Dolores fue creando un ejército para destruir los almacenes donde estaba la información de huéspedes y anfitriones y después escapar al exterior. Al final, los cuatro protagonistas coincidieron al abrirse un portal (el Hombre de Negro lo llamó «la puerta»; otros personajes, «el valle») hacia una nueva dimensión. Maeve sí «murió» (con posibilidad de resurrección), pero un herido William fue rescatado y protagonizó una confusa escena poscréditos.
Fue entonces cuando un apaciguador Bernard mató a una vengativa Dolores para evitar males mayores. El gran giro del final se produjo cuando Bernard resucitó a Dolores en una réplica de Charlotte Hale que, a su vez, mató a la verdadera Charlotte Hale y al propio Bernard. Dolores pudo entonces escapar de Westworld al mundo exterior, robando varias «perlas» que portan las conciencias de otros huéspedes robots. Ya durante los últimos minutos, a golpe de «Codex» de Radiohead, se descubrió que Dolores había resucitado a Bernard en el exterior. Y para rizar el rizo, los guionistas revelaron que Dolores había participado en la programación de Bernard y no al revés.
Qué ocurrirá en la tercera temporada
Aquel desenlace dejó claro el futuro leitmotiv : el enfrentamiento entre Dolores (¿dispuesta a exterminar a la humanidad para la supervivencia de su raza?) y Bernard en el mundo exterior. Si bien la serie ya había salido del parque temático en flashbacks , el principal escenario de esta tercera temporada es una ciudad, beneficiándose de las futuristas localizaciones en Singapur y España, concretamente Valencia.
Retoma además los tejemanejes empresariales de la primera temporada (con Vincent Cassel como fichaje estrella) y, desde el primer minuto, muestra a Dolores ejecutando su venganza paso a paso, con Aaron Paul como imprevisto aliado.
Tras haber visto la mitad de la temporada, da la sensación de que los guionistas han optado por una única línea temporal, pero siguen jugando al quién es quién, ahora más jugoso tras el intercambio de cuerpos Dolores-Charlotte y las «perlas» robadas. Mientras que en anteriores capítulos era difícil seguir las motivaciones de sus personajes, en los nuevos las cartas están boca arriba desde el principio.
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