Ocho series de Amazon Prime Video perfectas para ver esta Navidad

Dirección de Stephen Frears ('Las amistades peligrosas') y guion de Russell T. Davies ('Queer as Folk'). Menudos currículos. No hay nada más inglés que esta miniserie de tres episodios ambientada en los años setenta sobre un político conservador y homosexual (Hugh Grant, más feo, mejor actor) que acaba en el banquillo por intentar matar a su amante (Ben Whishaw, otro Sir); dos hombres que comparten cama, pero no armario, ni percha. Y a pesar de la rocambolesca premisa, esta ficción adaptada de una novela y basada en hechos reales es tan emocionante (por la víctima) como desternillante (por el verdugo). Té del bueno. Se bebe en una tarde.

Unas tienen la fama ('Perdidos') y otras cardan la lana ( 'Battlestar Galactica' ). La más oscura y atinada reinvención de 'Galáctica, estrella de combate', sobre el holocausto humano a manos de sus propios robots, ocupa el puesto 70 en la encuesta que realizó la BBC sobre las 100 mejores series del siglo XXI. Puede que el trayecto espacial dure más de la cuenta y tenga tramos rocosos, pero es un viajazo cuando mezcla hábilmente política, religión, ciencia ficción y tramas personales. Hay que ver primero la miniserie de tres horas estrenada en 2003. Al ser una serie coral, hay personajes, tramas y misterios que funcionan y caen mejor que otros. Siempre es adictiva. Los giros de guion hasta el último segundo son marca de la casa. Hay discrepancia sobre qué temporada es la mejor (la tercera, la tercera) y sobre el controvertido final definitivo (hubo huelga de guionistas en Estados Unidos).

Se emitió en primavera de 2020 y pasó sin pena ni gloria , pero fue una de las series más originales de aquel olvidable año. Con una obra tan singular como esta, lo ideal es no saber nada. La miniserie de diez episodios, creada y protagonizada por el actor Jason Segel ('Cómo conocí a vuestra madre'), utiliza el thriller como molde para desarmar un drama adulto sobre cuatro personas desencantadas con la vida y el trabajo. Un juego, o una secta…, les unirá. Están Sally Field, con un papel durísimo y tiernísimo, y un travieso Richard E. Grant antes de hacerse el Loki para Marvel . Ni los personajes ni los espectadores sabrán qué es realidad y qué es ficción en esta tesis televisiva sobre arte y mercantilismo. 'Desde otro lugar ' es un juego, un caramelo, y así hay que disfrutarlo.

Dos temporadas duró 'Lodge 49' , una extraña y poética serie producida por el actor Paul Giamatti sobre un nini ( Wyatt Russell ) que, tras casi morir, acaba en una logia llena de personajillos de clase trabajadora donde lo único que hacen es beber cerveza y hablar sobre lo imposible. La única sensata es su hermana (Sonya Cassidy), que tarda en pisar la masonería. Hay un ligero misterio, pero uno nunca sabe si los guionistas están tomando el pelo al espectador o realmente sucede algo sobrenatural dentro y fuera de esas cuatro paredes. Está protagonizada por gente corriente sin vida ni trabajo (por culpa de la crisis económica) que se engancha a aventuras que no llevan a ninguna parte (o sí). ¿Costumbrismo mágico? Esconde curiosas referencias a las leyendas artúricas y al Santo Grial; la pareja de amigos protagonista es una especie de don Quijote y Sancho Panza. Entretiene la intriga, pero aún más los problemas cotidianos de estos perdedores. 'Lodge 49' va sobre todo y sobre nada.

Fue una pena el abrupto desenlace de 'Transparent' , uno de los primeros títulos que produjo Amazon Prime Video . Por aquel entonces, la plataforma presentaba varios episodios piloto y desarrollaba los mejor valorados por los suscriptores. Joey Soloway, que había escrito para series como 'A dos metros bajo tierra' y 'United States of Tara', se basó en su propia vida para crear esta comedia dramática sobre una familia angelina, judía y disfuncional. Otra más. En esta ocasión, el punto de partida es la 'muerte' del patriarca (interpretado por Jeffrey Tambor), que sale del armario como mujer trans ante su ex esposa (bendita Judith Light) y sus insoportables y desorientados hijos adultos. Puede que con el paso de las cuatro temporadas (y una película musical final) bordee el culebrón, pero siempre acaba encontrando el sin-sentido de la vida.

Amazon Prime Video estaba tan contenta con Joey Soloway que, tras varios premios Emmy, le concedió un capricho: adaptar 'I Love Dick' , el inadaptable ensayo feminista de Chris Kraus sobre una mujer casada y aburrida (Kathryn Hahn) que se obsesiona con el macho del pueblo (Kevin Bacon, por supuesto) y empieza a escribirle cartas. La serie es mejor que el libro. Mucho más independiente y radical que 'Transparent', a Soloway le interesa aquí invertir la mirada masculina, ahora femenina, sobre un objeto de deseo. Y, como en su anterior proyecto para la plataforma, aborda las identidades de los diversos personajes. O la amas o la odias.

Dos comedias filosóficas y románticas que comparten escenario: el Más Allá. A la primera, 'Forever' , le interesa saber qué pasa con la aburrida vida marital cuando sus cónyuges, a los que interpretan Fred Armisen y Maya Rudolph, pasan a mejor (o peor) vida en un barrio de chalés a las afueras. Aquí también está la vecina de al lado (Catherine Keener). Hay un misterio similar al de 'The Good Place': ¿dónde demonios están? Su mejor episodio, el sexto, está protagonizado por otros personajes. La segunda, 'Upload' , es muchas series en una: thriller, drama romántico, comedia laboral (su creador, Greg Daniels , es el responsable de 'The Office')... Está ambientada en un futuro cercano en el que el cielo es virtual y unos pocos desafortunados, antes de morir, pueden comprarse una lujosa parcela en él. Es lo que le ocurre al modelo protagonista (Robbie Amell), en cuyo paseo por el nuevo y poco idílico vecindario le acompaña un ángel de la guarda (Andy Allo).