Un hombre guapo

Todas hemos querido que nos lave el pelo Robert Redford

Muere Robert Redford, muere una leyenda del cine

Memorias de África

Un millón de dólares por acostarse con Robert Redford. Lástima que no tenga ese dinero. No, idiota, que te los da. En la película más absurda de la historia del cine, Demi Moore estaba casada con Woody Harrelson y recibía la oferta de ... Robert Redford para irse a la cama con él por ese dinero. Madre mía, si en la realidad Simone Signoret, que era un bellezón en esa época, entendió que Yves Montand se fuera con Marilyn Monroe, cómo un tipo con la cara de Woody Harrelson se podía sentir mal con la proposición. Es no aceptar lo que dicta la madre naturaleza y el privilegio de la belleza. En 'Una proposición indecente' (1993) el actor que acaba de morir seguía siendo un tipo guapo de morirse. Mucho más en 'Memorias de África' (1985). Cómo no iba a confesar Meryl Streep que a la quinta toma ya estaba más que enamorada. Se refería a la quinta toma del lavado del pelo porque Redford no lo hacía bien al principio y hubo que repetir. «Yo deseaba que no acabase la escena, a pesar de que estaba rodeada de hipopótamos». Claro, es que esa imagen es más lúbrica que la más explícitamente sexual de las escenas. Todas hemos querido que nos lave el pelo Robert Redford.

O, al menos, tenerlo tan cerca como Barbra Streisand ('Tal como éramos'), Jane Fonda ('Descalzos por el parque'), Debra Winger ('Peligrosamente juntos') o hasta Mary Tyler Moore en 'Gente corriente'. Aquí en su debut como director. Pero fue 'Dos hombres y un destino' (1969) la película que lo lanzó. En el 'El golpe' (1973) volvería a coincidir con Paul Newman. De cada veinte mujeres guapas en el cine (y en la vida) hay un hombre guapo. O medio. Tanto Redford como Newman eran una excepción. Aunque ahora parezca inmarcesible, Jane Fonda se quejaba hace años de que las líneas de expresión de Robert Redford eran sus arrugas de vieja. Aunque luego el actor, un año mayor que ella, decidió toquetearse tontamente sus líneas (y sus ojos) desmintiendo a Fonda.

Ha tenido una carrera por todo lo alto. Como actor, como director, como cineasta independiente, como fundador de Sundance, como activista. Tiene buenas películas de sobra: 'Todos los hombres del presidente' (1976), 'Los tres días del cóndor' (1975)… Pero en 'El gran Gatsby' (1974) le dieron para el pelo (qué pelo). Hasta el punto de que el 'New York Times' se preguntó por qué había esa inquina. El escritor Foster Hirsch concluyó que Gatsby era uno de los grandes perdedores de la literatura americana. Y que Redford, con su pinta, no podía cuadrar en esa descripción. Sí, aunque haya demostrado talento para otras cosas, Robert Redford ha sido fundamentalmente un hombre guapo. Y eso es lo más inaccesible porque es un don. Un don tan injusto como el de la inteligencia o el dinero. Pero como diría Noemí Argüelles, si eres listo ser guapo te da dinero.

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