En Valladolid se habla de todo menos de cine

A las 12 de la mañana comenzará una manifestación que acabará en la Plaza Mayor. El lema es «por el respeto a Castilla y León» y contra la extrema derecha. Vamos, que no se han matado. Y es que, en realidad, daba igual, la cosa era juntarse para armarla el día de los Goya y que Pepe Álvarez y Unai Sordo tuvieran una excusa para venir a hacerse una foto con representantes del Ministerio de Cultura y hacer un poco el zángano. A la vez y en una calle adyacente, Sigourney Weaver, que ya llena la ciudad de clase y elegancia, acudirá al Teatro Carrión a un encuentro previo a su Goya honorífico. Con un poquito de mala suerte, si la manifestación se descontrola, la buena de Sigourney no podrá salir del teatro si no es escoltada por la Policía. Y si lo logra se encontrará, posiblemente, con miles de tractores que han amenazado con parar la ciudad, taponar todos los accesos y reventar la gala. Aseguran que lo conseguirán y, desde luego, se me ocurren bastantes formas. En cualquier caso, Marlaska ha advertido que la gala se celebrará sí o sí y desde ayer la Guardia Civil impide a los tractores circular en dirección a Valladolid por cualquier motivo. Así que tengan por seguros incidentes graves.

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Jaime G. Mora

Pero en el caso de que todo fuera bien, entre las 13 y las 15 horas, los mil y pico académicos llegarán en un convoy formado por varios trenes que saldrán de Chamartín, por lo que a los buses de los sindicalistas y los tractores habremos de sumar miles de manifestantes y los autocares de la organización, que estarán esperando para distribuir a los invitados en sus hoteles. Si sumamos los cientos de curiosos que se acercarán a la Estación a hacerse un selfi y juntamos el tráfico habitual de un sábado de carnaval, ya me imagino a Sigourney Weaver flipando mientras intenta llegar a su hotel a peinarse entre un caos como de revolución maoísta, con la policía a caballo poniendo orden y sexando manifestantes buenos de manifestantes malos. Y si éramos pocos, Sánchez sobrevolando la escena, desde el Falcon, supongo que con un cartel en la cola como las avionetas de las playas donde debería saludar a 'Valladolid, capital mundial de la fachosfera'. Un numerito para verlo.

Si nada de lo anterior consiguiera impedirlo, a las 17.40 horas comenzará la alfombra roja y las a 22 una gala conducida por Ana Belén y 'Los Javis', que ya han avisado que reivindicarán el fin de los abusos sexuales para solidarizarse con las víctimas. El 'caso Vermut' gravita por encima de todo y en el mundo del cine muchos comienzan a hartarse de la previsible instrumentalización del evento para marcar una agenda ideológica sincronizada con Sumar. En este sentido, Urtasun anunciará en la alfombra roja una unidad de atención de las violencias machistas  en el sector cultural. Y quién sabe si alguna sorpresita más. Ni un minuto sin polarización.

Los que han visto la instalación dicen que el resultado es asombroso. Pero, en realidad, en Valladolid las palabras clave son curiosidad y tensión. Hay ganas, pero muchas dudas de si, a pesar de todo, se podrá ver por las calles a las estrellas de la industria, si la imagen de la ciudad saldrá reforzada o todo se circunscribirá a estar en medio de un conflicto político mientras el glamour se reserva al interior de la Feria, donde la entrada está prohibida.

De madrugada, varias fiestas privadas. Las principales en el Círculo de Recreo, a la que asistirá el presidente y la de la productora de 'La sociedad de la nieve', clara favorita de la noche. Así que la política se come a la Cultura en las horas previas, nadie sabe nada de Ana Belén y los Javis se han puesto morados a lechazo. Pero en realidad solo nos importa Sigourney. Por Dios, que no hagan mucho el ridículo.