Crítica de 'Una buena persona': Culpa, dolor y lágrimas
Como drama mayúsculo, podría ser una pesada losa, pero, afortunadamente, tuerce en melodrama sensible, muy preocupado de subrayar lo sentimental y sin auténtica malicia como para arruinarle la tarde a un espectador muy excitable
Lee todas las críticas de cine de ABC.es
Florence Pugh protagoniza la película
En realidad, el título se queda algo corto, porque son varias las personas de esta historia, por no decir todas, las que tienen buen corazón y mejores sentimientos. Es un drama acorazado, de esos que se vienen arriba en cuanto entra en juego la ... fatalidad, un accidente que convierte a esos personajes destinados a ser felices en unos juguetes rotos y entregados al dolor, al sentimiento de culpa, a las adicciones y a las escapatorias por la puerta donde no hay salida.
El personaje central, el más mirado por la película, es una joven deshecha psicológicamente tras el instante de fatalidad, la interpreta una Florence Pugh muy en remojo y muy capacitada para describir sentimentalmente sus amarguras. Y del otro personaje fuerte, bien instalado en las circunstancias del drama, se encarga Morgan Freeman, que se conoce todas las álgebras de este y de cualquier género.
El director, Zach Braff, pone el acento en un lugar común, no solo del cine sino de la vida en general: el calvario que ha de recorrerse para superar una pérdida, ese camino desgarrador que a veces, como en este caso, encuentra el consuelo en el desprecio a sí mismo, el batacazo y la propia anulación. Como drama mayúsculo, podría ser una pesada losa; pero, afortunadamente, tuerce en melodrama sensible, muy preocupado de subrayar lo sentimental y sin auténtica malicia como para arruinarle la tarde a un espectador muy excitable.
Se agradece que blandee, y que tenga a esos dos actores que realmente parecen buenas personas. Tampoco habría que reprocharle mucho al director que insista en momentos y escenas ya vistas, sabidas, incluso sentidas. Le sobra hojarasca, en efecto, pero se trabaja el obsequio que ofrece: una lágrima a quien quiera dejársela. Y mejor aún: quien no quiera dejársela puede, sin esfuerzo, quedarse con ella.
Ver comentarios