Jean Dujardin: «Para mí no es una película muda»

—Dicen que el Oscar cambia la vida de cualquiera.

—Es algo irracional, surrealista, estoy impactado. Parece un sueño, necesito que alguien me pellizque. Pero no es un sueño, tengo el Oscar en la mano. Es increíble.

—¿El Oscar le convierte en una estrella internacional?

—No soy una estrella, soy un ser humano (risas). Me da más libertad, supongo. No soy una marioneta, soy un artista.

—¿Qué es lo que más le gusta de Hollywood?

—Me encanta. Es maravilloso. Para filmar la película viví allí cuatro o cinco meses. Me encantó la luz, la energía, las caras americanas y los rollos de canela. Lástima que no hablo bien el inglés. Pero a la hora de subir al escenario, Dujardin encontró las mejores palabras: «Amo este país», dijo antes de bromear: «Es gracioso, porque en 1929 no fue Billy Crystal, sino Douglas Fairbanks el que presentó la primera ceremonia del Oscar».

—¿Tuvo tiempo de brindar con el perrito Uggie?

—Uggie está en su casa, en Miami, creo. Ya se fue a dormir.

—¿Ahora que ganó un Oscar va a pedir que pronuncien bien su nombre en Hollywood?

—(Risas) No hay problema, que me llamen John From The Garden, Juan del Jardín. Es mucho más fácil.

—¿Los grandes actores de Hollywood que lo inspiraron?

— John Wayne, por su forma de caminar; Paul Newman, con la camisa siempre desabrochada, y John Travolta, con su forma de bailar.

—Después del éxito que tuvo con el cine mudo, ¿es hora de hacer una película hablada en Hollywood?

—(Ríe) ¿En Estados Unidos? No soy un actor norteamericano, soy francés, sé que siempre voy a ser un actor francés en Hollywood.

—¿Crear un personaje sin diálogo supone un mayor desafío?

—No es muy diferente, porque aunque el público ve una película muda, para mí es una película hablada. No es para nada intelectual, porque yo no soy intelectual. No lo soy, pero vi muchas películas de Douglas Fairbanks y también de Gene Kelly. Me divertí mucho pretendiendo ser una estrella de cine de los años 20.

—¿Y el claqué?

—Nos llevó cinco meses de ensayo y la filmamos el último día. No fue para nada fácil. Teníamos demasiada energía porque habíamos tomado un trago especial de cafeína con guaraná.

—¿Lo primero que hizo cuando terminó la película?

—Me afeité el bigote. Y aquí estoy, con el Oscar. ¿Se lo presento?