Ni Dios, ni Patria, ni Rey

-¿Dónde vais con tanta prisa?

-Es que almorzamos temprano para estar en el cuarto a la hora de ver el telediario de las 3 de la tarde...

-Me respondió:

-Pues haced como yo. Yo no veo los telediarios porque... ¡dan pánico!

No sé qué me hubiera dicho ahora Pajares sobre los telediarios. Pánico es poco. Dan horror. La mejor película de miedo es el sumario de un telediario, con todas las desgracias de lo que se le haya ocurrido a Sánchez y a su Gobierno para no dejar de ganarse a sus socios de Podemos, a los proetarras y a los separatistas catalanes que lo mantienen en el poder. Y si al cruzarnos en el ascensor me hubiera visto Pajares llevando en la mano el ABC del jueves, fijo que me hubiera dicho:

-No veas la portada, y mucho menos el editorial y las páginas interiores. ¡Dan pánico!

Pánico, no: pena. Pena por España lo que llevan hecho en poco más de un mes y lo que piensan perpetrar estos advenedizos que de hecho dieron un golpe de Estado para hacerse con el poder echando al mayoritario PP, «todo sin urnas y con 84 diputados», como titulaba ese portadón de ABC sobre la destrucción de España: arrinconar la enseñanza concertada, debilitar la idea de la Patria, acercar a las Vascongadas a los asesinos presos etarras, eliminar el diesel, imponer su ideario ético como asignatura y devaluar la Religión...

No hay día sin sorpresa por parte de este Sánchez que sigue sin dar la cara en una rueda de prensa en España. Y todas las sorpresas van para el mismo lado, sin contar con el Congreso y llevando la anuencia y el apoyo de todos los enemigos de España y de las libertades, llámense podemitas, proetarras o separatistas. Observo todas las maldades e iniquidades que vienen tramando y llevando al BOE (chorradas aparte como querer aplicar el «lenguaje igualitario» a la Constitución), y antes que me dé un cornalón el toro de la ampliación de la Ley de la Memoria Histórica y la Constitución de la orweliana «Comisión de la Verdad» (que a lo mejor hasta convierten en Ministerio), y pienso que tontos no son: parecen los clientes del anuncio de Media Markt. Como aquel de «tiros a la barriga» que, como Paracuellos o el bombardeo de Cabra (la tierra de Carmen Calvo), nunca querrá recordar la «Comisión de la Verdad», a mí todo esto me suena al reverso de una moneda por la que dieron la vida muchos españoles. Sí, un lema que me apresuro a poner, antes que me lleven a los tribunales por citarlo: «Dios, Patria y Rey». Van a por Dios, a por la Iglesia, con la que romperán todo acuerdo como ya han quitado la asignatura obligatoria de Religión. Van a por la Patria, cumpliendo mínimamente y a regañadientes lo que manda la Constitución sobre la Unidad de España, a base de concesiones a los separatistas actuales e incluso a los venideros, como mallorquines o asturianos. Y van a por el Rey, a por la Monarquía, para lo que toda calumnia vale y toda «Comisión de la Mentira» tiene su finalidad. Que le hagan tantos inadmisibles desprecios a Don Felipe VI y Sánchez no dé la cara por su Rey, aparte de su vileza, revela un preocupante horizonte. Quieren una España sin Dios, sin Patria y sin Rey.