DE RABIA Y MIEL
Un Óscar para Torrente
Piénsenlo bien, puede incluso que esta legislatura, sin presupuestos y sin miras, haya sido solo un gran casting
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Iniciar sesiónSE armó un revuelo de campeonato en las redes sociales al filtrarse imágenes del rodaje de la nueva película de Torrente. Como ocurre siempre en el lejano oeste tuitero, florecieron los juicios de gatillo rápido y facilón, en los que los hunos decían sentirse decepcionados ... y los hotros se descojonaban viendo rabiar a los de la orilla contraria.
Después de un curso surrealista en lo que a términos políticos se refiere, donde la actividad parlamentaria bien podría haber sido parte de la nueva entrega y en el que la obscenidad de los personajes que dan forma a las tramas corruptas del gobierno supera casi cualquier ocurrencia del archiconocido antihéroe de la comedia española, muchos han sido los que han reparado en lo complicado que lo va a tener Santiago Segura para volver a conseguir que la ficción supere a esta realidad llena de audios calenturientos, de golfos redomados, de prófugos homologados, de embusteros desvergonzados y de patanes analfabetos cuya capacidad de razonamiento empieza y acaba en el dictado de los dogmas de su demoniaca parroquia.
Es por ello por lo que no sería descartable que la sexta parte de la saga esté narrada a la manera de Orson Welles, con un falso documental en el que confluya el universo cinematográfico de Segura con nuestro presente más rabioso, claramente influenciado por su filmografía. De hecho, no es desechable que el comportamiento de alguno de nuestros servidores públicos durante los últimos años únicamente se haya debido a que estaban opositando para granjearse un papel en la vuelta del policía más chusquero a la gran pantalla. Explicaría muchas cosas que toda esta distopía beoda que estamos viviendo responda a que nuestros líderes estuvieran promocionando para ganarse un puesto en el filme. Piénsenlo bien, puede incluso que esta legislatura, sin presupuestos y sin miras, haya sido solo un gran casting.
Manejo desde hace tiempo esta íntima hipótesis, que gana enteros por días que pasan. Solo así se podría explicar el nuevo arrebato de inmoralidad y macarrismo del ministro Puente mientras España arde. Pongamos que el kinki vallisoletano, que de mozalbete se curtió en el teatro, ande decepcionado al enterarse de que tras cosechar tantos méritos no contaran con él y haya decidido redoblar sus esfuerzos a la desesperada para llamar la atención de los productores y poder así colarse en el reparto.
Puede incluso que la famosa publicidad de Renfe de 'Disculpen las mejoras' solo atendiera a un último intento por demostrar que tiene talento humorístico de sobra para estar en el elenco. Si esto fuera así, y tras todo lo luchado han decidido prescindir del tuitero mayor del reino, me parecería una canallada por parte de Santiago Segura. Desde aquí le pido que lo reconsidere. España perdería un ministro, pero Torrente ganaría un Óscar. Se rumorea que es tal la implicación del farandulero que tiene preparado hasta el diálogo para su aparición estelar: «¿Nos hacemos unas… zancadillas?»
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