DE RABIA Y MIEL
Mamá socialista
No éramos para él algo más de lo que eran las Carlotas y las Jessicas para José Luis. Atrezo, muñequitas serviciales, herramientas para su ego
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEs domingo y vengo de vuelta de los madriles. Ojalá no se pare el tren. Tengo ganas de verte, aunque probablemente ya estarás dormida. Solo quiero llegar y poder calmar mi asqueamiento dándote un beso en la frente. Me encuentro mal. A lo mejor ... suena muy fuerte, pero me siento un poco sucia. Esta angustia que llevo cosida me da miedo. No sé qué hago escribiéndote en las notas del móvil esta carta. A ti, que tienes todavía solo seis añitos. Supongo que necesito ordenar mis ideas, que escribo esta carta porque tengo que desahogarme con alguien. Y, aunque sea de manera indirecta, tiene que ser contigo, porque llevas todo el fin de semana en mi cabeza, como un resorte de mi conciencia. Te has clavado como un puñal en mi cobardía.
Voy de vuelta a casa, mi niña, con el orgullo atragantado, sintiéndome una farsante, una impostora, con el dolor amargo de haberme traicionado a mí misma, con la pena matadora de haberte fallado a ti, la persona a quien más quiero en este mundo. Muchas veces, cuando me han entrevistado y me han preguntado por qué me dedico a la política he respondido que tú eres el motivo, que lucho y trabajo todos los días para dejarte una España mejor, más igualitaria y feminista. Y te juro que es así, pero hoy, al recordar eso, tengo ganas de vomitar.
No te fíes nunca de quien te diga que la política no sirve para nada, pero fíate menos de quien te defienda que no es un maldito estercolero, una trituradora de principios que te atrapa y te anula la voluntad, una fábrica de hipócritas que venden sus ideales y los supeditan a los intereses del partido, que es ese organismo que actuará bajo el único rumbo del interés electoral. Y yo, que, hasta donde me han dejado, pienso que he hecho cosas importantes, hoy me siento parte de este fraude. Mi formación ya no defiende nada de lo que yo defiendo. Lleva más de una década en manos de ladrones, de puteros, de señoros narcisistas y babosos que iban de aliados comprometidos. Esos son los peores, no lo olvides.
El viernes, en un repugnante teatrillo, nos citaron a las compañeras del partido para participar en una performance de blanqueamiento al líder que se rodeó de toda esa piara de cerdos y mangantes y que ahora dice que no sabía nada. Las imágenes me dan arcadas, todas aplaudiendo al gallito herido, como si él fuera la víctima del patriarcado. Y nosotras, las fieras feministas, ahí, siendo mera decoración para su enjuague. En ese momento pensé que no éramos para él algo más de lo que eran las Carlotas y las Jessicas para José Luis. Atrezo, muñequitas serviciales, herramientas para su ego. Me niego a aceptar que al final lo de empoderarse solo consistía en elegir qué maromo te instrumentaliza. Me duele mucho, hija, haber participado de este circo. Mi única esperanza ya solo es educarte para que ningún hombre te humille y te utilice, para que seas más valiente y libre que tu madre, que después de tanta lucha hoy llora por ti, y por aquella promesa que le hizo a la abuela. Lo siento, amor mío. Tq.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete