España y la moto que derrapa

Menos generalizado aunque ya visible es su triunfalismo. Si Zapatero era adanista- «yo fui el primero que no se levantó ante la bandera estadounidense, el primero que nombró a una mujer embarazada ministra de Defensa, yo fui el que inspiró la trascendental memoria histórica , el inventor de la universalmente elogiada Alianza de civilizaciones, que pasmó a Naciones Unidas cuando allí la revelé y que ha resultado ubérrima en sus resultados» -Sánchez es triunfalista. España, fabula, está siempre liderando, lideramos el cambio internacional de la situación del Sahara, haciendo afirmaciones más pro-marroquíes que las del propio Trump, lideramos la ayuda a Ucrania y la acogida de refugiados afganos, lideraremos la postura de la Unión europea sobre Palestina y se sueña con una Conferencia sobre Oriente Medio en España, en Barcelona huyendo de todo centralismo, en la que nuestro país asombrará por sus propuestas y liderazgo. Hay un precedente, la reciente reunión de la Otan en Madrid fue considerada por Albares tan importante como la Conferencia de Yalta, aquella en que pardillos como Roosevelt, Stalin y Churchill se repartieron el mundo y tan histórica con la caída del Muro de Berlín, una futesa con lo acaecido en España en la ocasión citada al mando de Sánchez-Altares .

La concluida presidencia española de Europa fue muy fértil. En Bruselas, Berlín, Paris, Roma, Varsovia,… políticos y comentaristas admiran la huella de España en el semestre y el progreso de la Unión bajo la batuta de Sánchez. Muchos artículos extranjeros han glosado como nuestro presidente, como un Bobby Fischer ha sabido jugar en diversos tableros, parando a la derecha en las elecciones españolas, derrotándola , y conduciendo simultáneamente con pericia el barco europeo en aguas procelosas como Ucrania, Palestina y la inflación.

En la parcela económica, según el relato oficial, los triunfos abundan. Sánchez dice modestamente que «España va como una moto», que nos salimos . Sin embargo, dado que estamos jugando con cosas de comer convendría, al menos en esto, poner aquí algo de realismo y apuntar datos en los que España lidera pero para mal : el mayor paro juvenil de Europa, nuestra tasa de paro global, 12´2%, supera con creces la media europea, el déficit fiscal y la deuda también galopan delante de muchos europeos, estamos a la cabeza en abandono escolar y la formación de los estudiantes empeora según el informe Pisa. La situación de los jóvenes después del lustro sanchista no es luminosa, decenas de miles de licenciados emigran cada año buscando mejores horizontes. Bastantes más que en el gobierno anterior aunque nos vendieran que todo era culpa del «indolente» Rajoy. La opacidad sanchista ya es marca de la casa a pesar de que íbamos a deslumbrar al mundo con nuestra transparencia: no sabemos la cifra real de fijos discontinuos, en Europa se quejan de que no conocen donde han ido a parar los miles de millones que obtuvimos por la crisis y el Instituto alemán Kiel indica que los países más opacos (¿y rosoños?) en ayuda a Ucrania son Grecia, España y Portugal .

Y tenemos el trueno gordo revelado por mi compañero Javier Elorza. Resulta que habiendo España descendido en renta per cápita, estando ya por debajo de la media europea, el gobierno no reclama, como tendría derecho, que volvamos a recibir fondos de cohesión.

Los presupuestos de los fondos, con lista de beneficiarios y cantidades que les corresponden se hacen cada 7 años. Pero a la mitad de ese periodo hay una revisión por si se han producido hechos nuevos, la invasión de Ucrania, la reindustrialización por el covid... y se puede pedir una corrección si tu situación ha empeorado. La puede solicitar, legitimado automáticamente, cualquier miembro de la UE cuya renta haya bajado del 90% de la media comunitaria. Elorza recalca «que en 2007 estábamos en 103 y ahora hemos caído al 85. Hemos perdido 18 puntos. El proceso de convergencia logrado por Felipe González y Aznar se ha derrumbado».

Lo clamoroso, según mi colega, es que nuestro gobierno, durante su reciente presidencia, presentó un documento diciendo que no se cambiasen las cifras aprobadas cuatro años antes : «Ellos mismos se estaban cerrando la puerta. Es insólito». Puede que perdamos 6,500 millones.

¿Qué pensar de esta renuncia?. Una libro de tauromaquia del XIX de los ingleses Price y Richard Ford dice que los matadores eran conocidos por sus apodos, «su forma extravagante de gastar y su peculiar dialecto mitad gitano y mitad jerga». ¿Se sentirá Sánchez rumboso perdonando ese dinero a Europa como perdonando la deuda de los futuros amnistiados y envolviéndolo en la jerga de progresista, transversal, feminista, dialogo, convivencia ( lo de solidario parece que se estila menos) o, más bien, como los viejos hidalgos arruinados intenta fulleramente camuflar que España no ha prosperado comparativamente en su mandato sino que ha retrocedido? Opto por lo segundo: la moto petardea.