La Alberca
Del Nido (mal) padre
Su hoja penal le inhabilita moralmente, pero es aún más grave lo que le está haciendo a su hijo en público

Un hijo no debe jamás hablar mal de su padre por muy distante o peleado que esté con él, pero menos aún puede hacerlo un padre de un hijo. El espectáculo de José María del Nido Benavente en aquella asamblea del Sevilla en la que ... llamó «mierda» a su hijo ante las cámaras es un retrato perfecto de su categoría. Cero. Y por mucho que su etapa como presidente del club fuese la más gloriosa de la historia, su degradación personal permanente está siendo ahora el mayor lastre de una institución que no se merece pasar por semejante indignidad. Su hoja penal sería motivo suficiente como para que el Sevilla no pueda permitirse su regreso a la moqueta. Incluso su actitud atrabiliaria con algunos de los actuales dirigentes bastaría para inhabilitarlo como solución a esta etapa gris del equipo. Pero lo más grave, sin duda, es el ataque público a su propia estirpe. Quien intenta agraviar así a un hijo sólo puede generar náuseas. Nadie que tenga un mínimo de corazón y de valores haría eso por muchas diferencias y disputas que tenga con su heredero. Ni padeciendo al peor hijo de la historia, al más traidor, un buen padre lo humillaría en la calle. Un buen padre lo sufriría en silencio. Pero es que además José María del Nido Carrasco no ha tenido todavía una mala palabra contra él ante el micrófono.
El Sevilla está mal gestionado en estos momentos, ha dilapidado un estatus empresarial y social que le había convertido en modelo a imitar. Del Nido Junior no pasará a la historia como el mejor presidente del club porque al menos hasta ahora no ha sabido dirigir un barco de tanta envergadura. Todo eso está dentro del legítimo debate. Pero nada justifica en ningún caso las vejaciones a las que le está sometiendo su padre. No se puede confiar en un personaje de esa calaña. Por eso el futuro del club debe pasar por personas que nada tengan que ver con ese estilo. Ni el Sevilla ni Del Nido Junior se merecen la imagen chusca que proyecta Del Nido Benavente sobre el club y sobre el resto de la ciudad. No olvidemos que la entidad de Nervión es embajadora de Sevilla en todo el mundo. Sus vitrinas lo demuestran. Y esto no es ejemplo de sevillanía. El vodevil bajuno de un inhabilitado moral no debe continuar.
El negocio del fútbol es muy complejo porque las aspiraciones de la afición no siempre se compadecen con las decisiones del capital. Un solo accionista tiene más poder que miles de hinchas. Y en el caso del Sevilla, la situación accionarial es especialmente delicada. Pero ha llegado la hora de que quienes tienen la posibilidad de darle la vuelta a esta deriva se la den. Tienen que hacerlo por el bien del club y de esta tierra. Y creo que deben saber distinguir entre quien no ha conseguido gestionar bien y quien no ha sido capaz de ser digno. Del Nido Junior merece una reparación moral pública. Dejemos a un lado por un momento el fútbol y pongámonos en su piel. Quien sea padre, que piense como padre. ¿Alguien normal le haría algo así a un hijo, incluso al peor de los hijos? Pues no hay más preguntas.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete