CAFÉ CON NEUROSIS

Sevilla no es Jerusalén

El profeta fue Zapatero; hoy evangelizan Pedro I, 'El Mentiroso', y su corte de mentirosos, que dicen que quienes mienten son los contrarios

Todas las asociaciones y grupos necesitan, de vez en cuando, celebrar un domingo de ramos. Noviembre no parece ser el mes ideal, pero depende de las circunstancias y la urgencia en subir la moral del club, porque ya se sabe que hay cosas que ... matan a la afición. Elegir Sevilla para el acontecimiento no estuvo mal, porque está bien comunicada y, ayer mismo, hubo una temperatura de 22 grados.

Naturalmente no hubo entrada triunfal en la ciudad, ni en burra, ni a coche descubierto, pero es que no hay ninguna ciudad de España, donde pueda organizarse un acto público, en la calle, sin que algún fascista, o grupo de fascistas, insulten a Pedro I, 'El Mentiroso'.

Lo que me pareció escaso fue el número de asistentes: sobre unos mil. Sólo entre altos cargos y asesores del Gobierno superan los 1.500. Y son socialistas con poderosas razones espirituales y emocionales para aplaudir al líder, porque suelen cobrar una media de entre 6.000 y 7.000 euros mensuales. No me explico cómo se pudo prescindir de esos centenares de forofos, que habrían aportada un entusiasmo tan intenso como extenso, no por la nómina, naturalmente, sino porque esos ingresos les permiten observar la realidad de una manera sosegada, sin sesgos, ni partidismos.

Una muestra de objetividad exculpatoria fue la ovación, y homenaje, que recibieron los expresidentes de la Junta de Andalucía y del PSOE –Manuel Chaves y José Antonio Griñán– condenados por el Tribunal Supremo como responsables de la mayor malversación de la reciente historia de España, donde cientos de millones de euros destinados a los trabajadores se repartieron entre amiguetes y empresas cómplices. Fue casi tan espectacular como la rendida admiración que se tributó al representante internacional del régimen totalitario de Maduro, José Luis Rodríguez Zapatero, síntesis de la sensibilidad de este PSOE del Domingo de Ramos en Sevilla, al que no pudo asistir Joaquín Leguina –el único socialista que presidió la Comunidad de Madrid– por estar expulsado, ni Nicolás Redondo Terreros, hijo Redondo Urbieta, quien cedió en Suresnes la Secretaría General a Felipe González, y tampoco éste, el presidente que estuvo al frente del Gobierno de España durante más años, por no sentirse solidario con este 'Nuevo Testamento', cuyo profeta fue Zapatero, y que evangeliza hoy Pedro I, 'El Mentiroso', y su corte de mentirosos, encargados de señalar que quienes mienten son los contrarios.

Hubo algún momento en que el Domingo de Ramos derivó en arenga antes de la batalla, pero a pesar de que Sevilla no es Jerusalén, ya andan los Judas de conspiración y, como me dijo un viejo comunista, en 1977, tras el triunfo UCD: «Ten en cuenta que, en cualquier partido político, aunque sea ateo, después del Domingo de Ramos, llega el prendimiento en el huerto… y el Viernes Santo».