tribuna abierta
El trémulo origen del Premio Cervantes
Los Reyes, desde entonces, han venido presidiendo la ceremonia de entrega del premio, que ha ganado una importancia y prestigio creciente
JOSÉ B. TERCEIRO, Académico de la Lengua
Se ha entregado, por lo Reyes, como todos los años, pero con la ausencia del presidente del gobierno. La ceremonia llega a las cuarenta y ocho ediciones.
Trémulo es el origen del premio. Corría el complejo y difícil año 1975 en que el franquismo fenecía. ... El Ministerio de Información y Turismo convoca el Premio Miguel de Cervantes de Literatura, dotado con la importante cuantía de cinco millones de pesetas, ante «la conveniencia de otorgar un reconocimiento oficial, en que se una a la notoriedad pública la creación literaria en lengua castellana». Se concede en 1976 «como símbolo de la concordia que imperaba en las más altas instituciones del Estado». El trascendente hecho toma de inmediato dimensiones políticas.
El director general de Cultura Popular acuerda los términos de la concesión y entrega del premio con el ministro, que le advierte que «no se considera adecuado para presidir el jurado». El primer premio Cervantes se otorga al escritor Jorge Guillén, entonces, recientemente regresado del exilio. El poeta más reivindicativo de la Generación del 27 y contrario al Régimen franquista.
Se organiza el acto de entrega en el Paraninfo de la vieja Universidad Complutense, en Alcalá de Henares. El ministro rehuyó la presidencia del acto, delegando en el subsecretario. En un tenso contexto político, los asesores del ministro recomendaron que, tampoco, el subsecretario debía presidir el acto, dado que el premiado, en su discurso, haría «una soflama republicana y roja». El ministro decide que lo presida el director general y dispone que las cámaras de TVE, en lugar de cubrir el acto, lo hagan con el entrenamiento del motociclista Ángel Nieto en el circuito del Jarama.
Jorge Guillén, exiliado en EE.UU. desde 1938, tras conocer la noticia manifestó: «Me siento honradísimo y muy contento. Pienso que es el reconocimiento de una obra que ha durado más de medio siglo. Han elegido a un autor que ha sido modestamente adversario del Régimen. Esto implica un paso adelante en la transición democrática de España».
La realidad de lo sucedido es que, en el acto de entrega de este premio, realizado en la semiclandestinidad político-administrativa, el autor Jorge Guillén, señalaría en su discurso que «en la ardua Transición política de nuestro país este momento, este Paraninfo, signifiquen un acto de concordia, ya definitivamente superada la guerra más cruel. Y poesía es ahora –como ha sido siempre para este poeta– un símbolo de esperanza».
En declaraciones posteriores señalaría que el Premio Cervantes era el más significativo de todos los que había tenido, el que más le ha importado. «Fue un acto de apertura en el período de la transición. Aquella fue una ceremonia de transición diferente a todas las que vendrían después».
Después de las primeras elecciones democráticas de 1977 se crea el Ministerio de Cultura, cuyo titular propone a un amigo suyo asumir la Dirección General del Libro y Bibliotecas, que se resiste, pero acaba convenciéndolo una contundente argumentación del ministro: «Rapaciño, déjate de lerias, hay que arrimar el hombro». Entre las competencias de esta dirección general estaba la gestión del Premio Cervantes. El nuevo equipo de Cultura se encuentra el premio ya diseñado y en su segundo año de vida. El jurado, presidido por el ministro de Cultura, lo otorga a Alejo Carpentier.
El director general explicó al rehuido subsecretario, entonces secretario general de la Casa de Su Majestad, que no sucedería lo mismo que un año antes.
Le hizo ver la importancia que representaba, para la Corona, su relación con el mundo literario. Se procedió, entonces, a la dignificación definitiva de la ceremonia de entrega del premio Cervantes, presidida por los Reyes y los ministros de Cultura y Universidades e Investigación.
Los Reyes, desde entonces, han venido presidiendo la ceremonia de entrega del premio, que ha ganado una importancia y prestigio creciente, a lo largo de su casi medio siglo de existencia. No así su dotación, que ha quedado reducida, en términos reales, a la tercera parte de la inicial.
PD: He mantenido el anonimato de los distintos actores de esta historia. El mismo anonimato desde el que, otros muchos, contribuyeron a la bienhadada reconciliación entre españoles.
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