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UNA RAYA EN EL AGUA

Las cosas por su nombre

Llamar filoetarra a Bildu es un eufemismo. Sus vínculos con la banda son más estrechos de lo que indica el prefijo

Ignacio Camacho

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Lllamar filoetarras a Bildu no es un insulto, es una cortesía. El vicepresidente del Congreso, mi amigo Gómez de Celis, buen tipo que se ganó un sitio en la nomenclatura sanchista por su valiente oposición interna al omnipotente liderazgo andaluz de Susana Díaz, tiene para ... ciertas cosas una piel demasiado fina. En la Cámara se puede acusar a la oposición y hasta a los jueces de fascistas, de promover la cultura de la violación, de gansterismo y de otras cosas igual de bonitas, pero te retiran la palabra si dices que Bildu siente manifiesta simpatía por los terroristas. Esos a los que Otegi aludía en primera persona como «los nuestros» cuando anunciaba su disposición a votar los presupuestos si ese apoyo servía para sacar de la cárcel a 'sus' presos. La diputada de Vox fue incluso amable al respecto: la partícula 'filo' se queda corta para definir la relación exacta de la coalición separatista con los pistoleros. No son sólo amigos sino testaferros y siguen respaldando el mismo proyecto aunque ya no compartan los métodos. Sin condenarlos siquiera, por cierto.

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