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La dorada tribu

Cayetano, apolo de Armani, dandi de montera

En su debut de matador, se entornó como la nueva figura de la aristocracia torera, y los que piropean poco se preguntaban de dónde había sacado este chaval sus usos de elegancia

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Cayetana, una punki con pinacoteca

Cayetano, vistiendo un diseño de Armani AP
Ángel Antonio Herrera

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Cayetano Rivera gasta una distinción de chico callado, que le hace siempre interesante, digamos, porque el silencio es un pariente del misterio, y el misterio viste muy bien a los que se quieren distintos. Y a los que son distintos. Es el caso. Pero ... el callado de pronto se ha puesto un poco a la faena contraria, y nos ha dicho que adiós, que se acabó el toreo, que se corta la coleta. Y en esas estamos. En una baraja de la elegancia pudiera entrarnos el naipe impar de la torería, que vendría a ser una chulería sin descomponer la figura. Y ahí nos asoma Cayetano Rivera. No olvidamos que Giorgio Armani eligió un día, para sus pasarelas, a Cayetano. El propio Armani le diseñó luego un traje de museo, muy barroco de cristales, para una corrida goyesca, en Ronda, pero el toro llevó directo al hospital a nuestro hombre, en vísperas. De modo que vivió en una cama de soledad lo que iba a vivir vestido de dandi con montera.

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