el batallón
Rece lo que sepa
El verdadero veneno del negacionismo del Gobierno sobre el tamaño real de la crisis es no reconocer el problema, lo que le inhabilita para solucionarlo
En las tragedias griegas los corifeos dirigían al coro y a los danzarines durante las representaciones en los anfiteatros. Dos mil quinientos años después sigue habiendo corifeos aquí y allá, consagrados a distintas causas. En algunos medios, sin ir más lejos, hay una entrega que ... finalmente se torna tan ciega como ridícula por estar salpimentada con argumentos que en realidad alcanzan la categoría de rotunda sandez. Por ejemplo, ha tocado la corneta el Gobierno ordenando la teoría de que todo va estupendamente y sus corifeos han puesto al coro a bailar coordinadamente cual conga de final de una boda. El otro día, una tertulia en las ondas se convertía casi en un programa de humor si se escuchaban con atención los casi agónicos esfuerzos de la radiofonista y sus contertulios ninguneando los avisos del Banco de España, Funcas, la Airef, el INE o el FMI de que la recesión económica ya ha pasado de posibilidad a certidumbre. Los escuchabas, enternecedoramente infantiles, y la recesión se convertía como mucho en 'rece', porque en realidad –insistían– no va a tener impacto alguno en la economía nacional ni en 'la gente', que es una especie de neogentilicio social que ha colonizado la izquierda con el fin de aparentar el papel de adalid de lo justo y lo cabal. Están 'los del puro', esos ricos despreciables, y luego está 'la gente'. Era casi tan grotesco el argumentario de los corifeos, ese «aquí no pasada nada, esto lo tiene controlado» el Gobierno, como ver a la ministra de Hacienda anunciando en TikTok que salía para el Congreso para defender los Presupuestos, moviendo las manos con un aire similar al de Leonardo Dantés cantando el baile del pañuelo en 'Crónicas marcianas'. Ni cuando lo del «edredón fuerte» para combatir la crisis energética «en términos de invierno» resultó tan cómica Montero. En términos de coherencia, no se puede ir a defender unos Presupuestos que todos los organismos e instituciones nacionales e internacionales consideran confeccionados a la cuenta de la vieja, alejados de cualquier aproximación mínima a la realidad y por tanto ilusorios.
Poco después del festival negacionista de los corifeos, era Calviño la que la emprendía contra el vaticinio de recesión hecho por la Autoridad Fiscal, con una actuación tan aparatosamente intensa de la vicepresidenta como si –Eurípides me lo perdone– pones a Anabel Alonso en Mérida haciendo de Medea... En breve llegará Tezanos, con el mandil de la cocina aún puesto agitando al aire un sondeo que recogerá que 'la gente' ya percibe unos brotes verdes que en realidad no son más que literalmente pamplinas. Y ese es el veneno real de esta política negacionista del sanchismo, porque casi peor que tener un problema es no reconocer que se tiene pues eso inhabilita para poder solucionarlo. Le pasó a Zapatero en la crisis de 2008 y terminó bajándole el sueldo a los funcionarios, recortando todo tipo de prestaciones y congelando las pensiones, con el voto de Sánchez por cierto.
Ya saben, según los corifeos radiofónicos de estos días, no habrá recesión, apenas una pizca, como mucho será una 'rece'. Así que, querido lector, ya sabe: rece lo que sepa.
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