En primera fila
Plagie, señor presidente
No hace falta que Sánchez invente una fórmula mágica contra el Covid: puede copiar lo que funciona en Oceanía o Asia
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Iniciar sesiónResulta sorprendente la absoluta falta de ambición de este Gobierno con su labor y el enorme conformismo de la sociedad española. Tenemos unas cifras escandalosas de contagios, enfermos y muertos cada día pero la frase mágica que parece legitimar todo es: «toda Europa está igual». ¡ ... Caramba con la coartada!. Cuando estábamos confinados en primavera, no había que fijarse en nuestros vecinos europeos sino en Nueva York y Pekín porque estaban en línea recta, decía Carmen Calvo. La cuestión es medirse siempre con quien está igual o peor, pero nunca con quien está mejor. A tanto alcanza la pérdida de liderazgo y ganas de superación -si las tuvo alguna vez- de un Gobierno al que solo le importa seguir en el poder al día siguiente. Y con él, de la sociedad que se lo permite. Aquélla que se elevó sobre sí misma en la Transición pero que hoy ha olvidado su grandeza, quebrada por políticos de gatillo fácil.
Ese «toda Europa está igual» no debería ir seguido de un punto y final sino de otra pregunta: ¿qué están haciendo los que están mejor?. Australia, Corea del Sur, Japón o Nueva Zelanda viven una nueva normalidad real en la que su día a día es bastante parecido al de antes y su economía no solo no amenaza con sucumbir sino que despega. Las familias de clase media no se preguntan si podrán pagar la hipoteca dentro de seis meses, los dueños de negocios no se derrumban a llorar en la puerta de sus locales y ninguna enfermera se muere tirada en plena calle. El precio de ello es abandonar la nefasta idea de convivir con el virus y sacar toda la artillería contra el Covid-19 cada vez que asoma las orejas.
En 2015, Bill Gates y un grupo de expertos le pusieron cifras a esta estrategia. Advirtieron de que preparar a Estados Unidos para combatir una posible pandemia requería 1.000 millones de dólares. Nadie les hizo caso. Forbes añadió hace cinco meses la contracifra: el coronavirus costará 8 billones de dólares al primer país del mundo por no tomar medidas. A esta equivalencia -que podría ser similar en España en proporción por habitante- hay que sumar los muertos, los enfermos, y el sufrimiento que provoca el distanciamiento social. La separación física hace mella en adolescentes, niños y familias mientras la soledad se ceba con solteros y ancianos. La falta de gestión de este Gobierno va a dejar algo nunca visto: una dolorosa huella emocional en toda la población, sin excepción.
Sería una ilusa si pensara que podemos pedirle a Pedro Sánchez que invente una nueva fórmula para vivir con la nueva normalidad que nos prometió. Me conformo con que copie de una vez los métodos de las democracias que gestionan la pandemia con éxito. En este caso, nadie tendrá en cuenta que no cite sus fuentes.
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