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Luis Ventoso

Pata negra

Nunca olvidaré un debate del referéndum. Cameron se enfrentaba a preguntas del público en directo. Cuando lo enfocaron, casi se me cayó la libreta: aquel inglés xenófobo y pro UKIP resultó ser un chaval de bigotillo de pelusa y raza china

Luis Ventoso

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EL 25 de octubre de 1946, en una habitación del King’s College de Cambridge, se midieron por primera y última vez dos titanes de la filosofía: el volcánico y atractivo Ludwig Wittgenstein, héroe de la casa, y el terrenal, achaparrado y orejudo Karl Popper. ¡ ... Vaya justa! Una liza única entre el fuego carismático y el sentido común liberal. «¿Existen los problemas filosóficos?», planteaba el debate. Wittgenstein sostenía que no, que eran solo «entretenimientos». Con su ardor habitual, mientras blandía un atizador no lejos de la nariz del pobre Popper, lo retó a que enunciase un ejemplo de principio moral. Tranquilo, sin dejarse intimidar por el teatro, Popper respondió: «No amenazar con un atizador a los profesores invitados». La razonable respuesta desarboló a Wittgenstein, que escapó con un portazo.

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