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Los mocos de la bandera

Lo peor no es sonarte la nariz con la enseña de tu país, sino que eso te parezca ingenioso

Alberto García Reyes

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La palomita de la paz que ha pintado un bambarria sobre la lápida de Franco mientras un caricato de la factoría antisistema de Roures se sonaba los mocos con la bandera de España puede convertirse perfectamente en el símbolo de nuestro futuro. Porque lo chungo ... no es que el pintamonas del Valle de los Caídos haya hecho una «performance» sobre la tumba del caudillo ni que el cómico de la tele comunista capitalista haya vejado la enseña nacional. Lo más patético en este asunto es que ni el pintor sabe pintar ni el chistoso tiene gracia, lo que demuestra que aquí es demasiado fácil atrincherarse en el arte o en el humor para tratar de imponer una idea. Y cuando se da más importancia a las ideas aprendidas que al pensamiento propio, cuando el estereotipo ideológico impera sobre el talento, hay que echarse a temblar. En la España políticamente correcta que nos quieren meter por las fosas nasales los dictadores de la moral superior nada es lo que es hasta que ellos le dan el visto bueno.

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