«Mi marido me pega lo normal»
CUENTA el médico forense Miguel Lorente Acosta, que la primera vez que tuvo delante a una mujer que había sufrido una agresión y estaba presentando declaración en un juzgado musitó avergonzada: "Mi marido me pega lo normal". Con ese título estremecedor escribió un libro. En ... él sugiere que el origen de los malos tratos está en esa potestad que el hombre se otorga sin razón alguna por la cual decide lo que está bien y lo que está mal, y qué mecanismos debe utilizar para corregir la conducta de la mujer. Asegura que siempre hay un mensaje tras la agresión física o psicológica, y no es otro que el de "esto no ocurriría si me hicieras caso". Entonces, la mujer empieza a pensar que su pareja tiene parte de razón. De ahí a reproducir los argumentos del maltratador sólo hay un paso. La violencia doméstica se ha cobrado la vida de 317 mujeres en España desde 1999. En lo que va de año son ya 45. La tasa de asesinatos por cada 100.000 mujeres se ha duplicado en los últimos cuatro años y medio. Una macroencuesta encargada por el Instituto de la Mujer ha revelado que el 11,1 por ciento de las mujeres mayores de 18 años sufre algún tipo de agresión. Apenas un 10 por ciento de las mujeres maltratadas presenta denuncia en los juzgados.
Tras un penoso trámite obstruccionista, el pleno del Congreso aprobó ayer la proposición de Ley de protección para víctimas de violencia doméstica. Activará, a petición de la víctima, el fiscal o el propio juez de instrucción, en un plazo máximo 72 horas, el alejamiento del agresor, la atribución del domicilio familiar y el establecimiento de un subsidio, entre otras medidas. Ahora sólo falta que la ley sea dotada de medios técnicos y humanos para que pueda ser efectiva. Y que jueces, fiscales y autoridades penitenciarias se persuadan, y convenzan a algunas infelices mujeres y a sus canallas maltratadores, de que la barbarie no es normal.
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