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Vidas ejemplares

Profetas del «no»

No existe avance empresarial o a favor del progreso sin su repudio

Luis Ventoso

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La crisis de 2008 zurró a España con especial virulencia, porque aquí pincharon a la par dos burbujas: una inmobiliaria y otra financiera. La parte gangrenada del sistema financiero no era la banca privada, sino las cajas de ahorros, sepulcros blanqueados, donde los políticos tenían ... mano para meter la cuchara y donde algunos de sus primeros ejecutivos se creyeron que eran suyas y a veces se comportaron como caciques locales de laxo rigor técnico. La banca es la savia que vivifica la economía. Si su flujo se colapsa, los países se van al carajo. Así que hubo que acometer una cirugía de emergencia en forma de fusiones y rescates con dinero público (el mayor, el de Bankia, la antigua Caja Madrid, que necesitó una transfusión en 2012 de 22.400 millones). Parafraseando al viejo Guerra, podríamos decir que a la banca española «no la conoce ni la madre que la parió» respecto a cómo era antes de la crisis. Si en 2008 había 55 entidades financieras en España, hoy quedan 12. Las cajas han desaparecido, salvo excepciones testimoniales.

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