Lenta justicia en las Galias
La lentitud de la justicia es una epidemia que no respeta ni los Pirineos y parece que va a condicionar hasta el relevo en la presidencia del Banco Central Europeo, apalabrado desde 1998 para un francés que no acaba de llegar por culpa de un ... proceso judicial.
Hace cuatro años, los países que integran la zona euro, eurolandia, decidieron que el Banco Central Europeo sería una institución independiente de los gobiernos. Para demostrarlo, los políticos hicieron lo de siempre, pactar esa independencia. Para Alemania -el país más fuerte, con casi el 33% del PIB de eurolandia-, la sede central, que es lo más importante. Como primer presidente un holandés, que hablan tantos idiomas que lo mismo quedan bien en la OTAN que en Greenpeace. Y, ¿para los franceses?, el firme compromiso de Alemania de que el segundo presidente del BCE sería un francés, concretamente Jean-Claude Trichet, que fue quien negoció todo el acuerdo como gobernador del Banco de Francia que era y es.
Trichet ya se había comprado el traje para el evento, previsto para el 9 de julio del año próximo. Ese día Wim Duisenberg cumple 68 años y se le ha antojado que es el mejor día para dejar el cargo y retirarse al país de los tulipanes, ya que aún no le vencía el mandato, que es de ocho años.
Pero las cosas se están poniendo tan complicadas en las Galias que quizás no llegue a estrenar el traje, siempre habrá boda o bautizo que salve la inversión, gracias al empeño del juez que sigue el caso abierto a comienzos de los años 90 sobre el presunto falseamiento de las cuentas de Crédit Lyonnais.
Como se ve, tomar el pelo con los números no es una cuestión de hace unos meses, de Enron. Aquí también hay ejemplos tremendos, como el Banesto de Mario Conde, coetáneo del Crédit Lyonnais de Jean-Louis Haberer.
Trichet era el máximo responsable del Tesoro francés cuando se habría producido el falseamiento de las cuentas y el juez que lleva el caso le ha citado como imputado, pese a que el fiscal pide el archivo del caso, algo similar a lo que le ocurre a Emilio Botín y sus cesiones de crédito. Si Trichet llega al verano que viene con el caso abierto, su compatriota Christian Noyer tomará el relevo a Duisemberg. Da igual si es o no inocente, la lentitud de la justicia le causará el daño del condenado.
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