Hay que vivir
Borisitis
«En el nombre de Dios, váyase» y otras recetas democráticas
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Iniciar sesiónA mí los ingleses me caen mal por definición, con esa flema, tanta pompa y circunstancia, un Brexit por pelotas... ¿y esos sándwiches? Padecen de un posimperialismo mal acabado, como que les falta un 98 para ser españoles, y esa mirada altiva, en plan «cuidado, ... que nosotros hacemos ‘sir’ a los piratas». Me fascina la anécdota que mejor les define: «Capitán, hay niebla en el Canal de la Mancha. El continente ha quedado aislado».
Desde que han trascendido las juergas de Boris Johnson siento un extraño malestar, así que decidí visitar al médico: «Doctor, ¿qué me pasa?». Y me respondió que sin ningún género de dudas lo mía era anglofilia.
-¿Anglofilia? -respondí irritado-, ¡pero si se ponen rojos bebiendo jarras de cerveza al sol y no saben ni chapurrear otro idioma!
-Lo que a usted le pasa es que los admira y por eso le molesta ver su lado más frívolo, egoísta, simplón y nacionalista, que también lo tienen. No hay duda, usted ha sufrido un episodio agudo de borisitis.
Una vez más, el médico tenía razón en el diagnóstico, pero algo no encajaba. Mi aversión por Boris Johnson es recurrente, y nunca me había dado tan fuerte: ni con el Brexit, ni con el Covid... Le di muchas vueltas tratando de encontrar el desencandenante, hasta que una noche perdiendo el tiempo en las redes sociales hallé el origen: «In the name of God, go» («Por el amor de Dios, váyase»). Es la frase que David Davis, diputado conservador, le espetó en el Parlamento británico a su primer ministro, también conservador y compañero de múltiples peripecias políticas. He aquí mi anglofilia: un sistema político que permite al diputado exigir la dimisión de su jefe de filas si así lo considera, porque no se debe al partido sino a los votantes de su circunscripción. Ay, las ansiadas listas abiertas, la libertad frente a la obediencia debida. ¿Será posible algún día algo similar en España? Volví al médico.
-Y, doctor, ¿puede usted recetarme algo?
-Claro, tómese esta pastilla cada cuatro años.
-¿Cada cuatro años?¿son para mejorar nuestro sistema electoral?
-No sea usted ingenuo, son para no perder la paciencia.
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