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‘Spain is different’

Creíamos habernos modernizado, europeizado, pero a trancas y barrancas caemos en el cainismo de siglos anteriores

José María Carrascal

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Tal vez fuera más apropiado decir «Spain, still different», España, todavía diferente, pues la vieja peculiaridad continúa. Creíamos habernos modernizado, europeizado, sacudido los rasgos que entusiasmaron a tantos viajeros extranjeros, pero no para su país, y resulta que tras una Transición modélica, un alza del ... nivel de vida espectacular y recibir casi el doble de turistas que habitantes, a trancas y barrancas caemos en el cainismo de siglos anteriores, y se dan entre nosotros situaciones que difícilmente ocurren en la la Europa civilizada. Pues ¿puede haber algo más chabacano que ser anfitrión de una de las organizaciones más importantes del planeta y, al mismo tiempo, tener en su Gobierno enemigos acérrimos de dicha organización? Se puede ser extravagante, como son a veces los ingleses, pero no hasta ese punto, ya que peligra la salud tanto física como mental de los espectadores. Pedro Sánchez y su equipo de Gobierno parecen dispuestos a apoyar cuantas medidas tome la OTAN ante la gravísima situación en Ucrania. Pero ¿hasta qué punto están dispuestos a apoyarlo sus socios? ¿No intentarán boicotearlo? Porque la OTAN está decidida a impedir que Putin se salga con la suya, para lo que se dispone a multiplicar sus tropas de combate en la frontera con Rusia, a integrar en ellas a suecos y finlandeses, a dotar a los ucranianos de las últimas armas, a prestarles la ayuda económica necesaria para mantenerse, a seguir apretando el cerco económico a Rusia y a advertir a Putin que no consentirán que se quede con un solo milímetro de suelo ucraniano.

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