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Sánchez hackea a sus socios

Tras conocerse que el CNI espió a Aragonès, lo lógico sería que ERC y Podemos rompieran con Sánchez, pero todo apunta a un penoso juego entre ellos sin que nadie renuncie al poder

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La primera consideración pertinente tras la reapertura de la comisión de secretos oficiales, a la que regresó ERC y acudieron por primera vez Bildu y la CUP, es el arrodillamiento del Gobierno ante estos partidos al descubrir parte de la seguridad del Estado ante quienes ... pretenden dinamitarla. La segunda es el escarnio al que el Gobierno ha sometido a la responsable de nuestros servicios de inteligencia, Paz Esteban, por puro interés político de Pedro Sánchez. Y la tercera es denunciar los pocos minutos que tardaron los partidos, en especial ERC, en revelar y filtrar convenientemente el contenido de una reunión considerada secreta por ley. Entre otros motivos, porque es un delito que inhabilita con la pérdida del escaño a quien incurre en filtraciones. Pero eso no ocurrirá. Nadie denunciará, y menos aún la fiscal general del Estado o la presidenta del Congreso, por lo que tal obligación de secretismo quedará solo como una previsión inútil de nuestro ordenamiento.

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