Donald Trump se levanta y se va
Nancy Pelosi declaró a Kim Jong-un el «gran ganador», pues recibe publicidad externa e interna. Si hizo creer a los norcoreanos que habían ganado un Mundial de Fútbol, qué no hará con sus imágenes con el líder del mundo libre
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Iniciar sesiónQuien por vicio, celo profesional o simplemente insomnio estuviera atento a la información en la madrugada del miércoles al jueves pudo notar el mal disimulado júbilo con el que algunos corresponsales recibieron la noticia del abrupto final de las negociaciones de Hanói entre Trump y ... Kim Jong-Un. Nada iba a salir firmado de esa cumbre. Es más, dejaba claro que nada se había conseguido desde la última en Singapur.
Nancy Pelosi declaró a Kim Jong-un el «gran ganador», pues recibe publicidad externa e interna. Si hizo creer a los norcoreanos que habían ganado un Mundial de Fútbol, qué no hará con sus imágenes con el líder del mundo libre (que allí no se lo llamarán a Trump, como tampoco aquí).
Esperar un acuerdo no era muy razonable. Entre las dos Coreas hay una paz por firmar, lo que explica la presencia de casi 30.000 americanos en el sur, por lo que Pyongyang se arma nuclearmente, a lo que EE.UU. responde con sanciones económicas. Todo eso con Rusia y China mirando de reojo. ¿Cómo lo arregla Trump con la hermana del otro agazapada detrás de un ficus? No hace mucho allí había posibilidades reales de conflicto.
Conseguido no hay nada. Solo una distensión. La tercera cumbre ni siquiera está acordada. Solo hay un avance en las relaciones personales, que son «muy buenas». Esa sintonía entre Trump y Kim que parece un producto de nuestra imaginación. Se habló de la posibilidad de un acuerdo limitado al desmantelamiento de una instalación nuclear o a un acuerdo de paz, pero lo que dio a conocer Trump fue algo más maximalista: Kim Jong-un pretendía la retirada total de las sanciones. Ante esto, Trump se levantó y se fue. Cogió el avión cuando había una mesa preparada. «A veces simplemente tienes que irte». Es su forma de decir las cosas. Obama hablaba de «paciencia estratégica». A Trump le culpan de un trabajo previo no realizado, como si fuera John Belushi llegando a la cumbre sin papeles, pero Reuters informó de las dificultades que los funcionarios americanos habían tenido para reunirse con sus homólogos.
Trump ha agotado la carta del carisma personal con «Rocket man». Otra cumbre «fracasada» dañaría su imagen antes de las elecciones. Pero también ha demostrado que no parece alguien capaz de invadir un país, provocar un desequilibrio regional o firmar un acuerdo a la iraní solo por mejorarla.
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