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La alberca

El diccionario progre-español

Cuando la izquierda admite que el nombramiento de Delgado es «antiestético», en realidad quiere decir que es escandaloso

Alberto García Reyes

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Es entrañable el vocabulario tibio de la izquierda para criticar sus propias aberraciones. Merecería incluso un traductor de Google para dimensionar con exactitud el significado de cada adjetivo. Por ejemplo, el nombramiento de Dolores Delgado como fiscal general del Estado es, para los socialistas que ... aún tienen la capacidad de sonrojarse ante el manoseo de Pedro Sánchez a las instituciones, una decisión «antiestética». Si se le aplica el traductor online progre-español, español-progre, lo que quieren decir es que es escandalosa teniendo en cuenta que la autocrítica socialista no existe. Es un oxímoron. Por tanto, cada mínimo gesto de incomodidad o contrariedad con su propio partido ha de entenderse con la misma contundencia con la que se vacían contra la derecha en sus sesiones de espumarajos orales. Quiero decir que cuando alguien del PP suelta una boutade machista, la maquinaria socialpopulista activa su magnífico sistema de bafles para que suene por todos los rincones su lucha contra esta lacra. Se ve mejor con un ejemplo. Cuando Rafael Hernando se dirigió a Pablo Iglesias para decirle que Irene Montero había hablado mejor que él, pero que no quería hacer hincapié en eso para no provocar problemas en la relación, la respuesta de la progresía fue el alarido. Sin embargo, cuando Iglesias quiso azotar «hasta hacer sangrar» a la periodista Mariló Montero, lo único que se escuchó desde su trinchera fue que había sido un comentario «desafortunado». Por eso es tan importante el traductor progre-español. Gracias a él podemos entender que cuando Dolores Delgado llamó «maricón» a Grande-Marlaska durante su afable comida con el comisario Villarejo, ese prohombre, y le confirmó que su agencia de lumias para obtener «información vaginal» tendría un «éxito garantizado», estaba mostrando su condición de homófoba y machista. «A mí que me den tribunal de hombres, de tías no quiero», decía entre trago y trago. Pero en el diccionario progre-español, este comportamiento se llama «trayectoria profesional ejemplar», incluyendo en su primera acepción, por supuesto, las tres reprobaciones que el Congreso ha hecho a Delgado, cuya indiscutible condición feminista quedó acreditada en su asentimiento a la frase de su pareja, Baltasar Garzón, el que dice que «un delincuente no puede ser de izquierdas», durante el almuerzo con el capo de la grabadora: «Aquí hay una fiscal que solo está bebiendo cerveza, aunque luego bebe el vino de mi copa».

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