Madrid Río se viste de camuflaje en el Día de las Fuerzas Armadas

A orillas del Manzanares y con una disposición en forma de «L», desde un helicóptero «Tigre» a un simulador de navegación de la Armada componen un paisaje que convierte a la zona en una suerte de campamento militar, con presencia de todos sus frentes. El Ejército de Tierra es, en este sentido, quien cuenta con una representación mayor, pues en la muestra se dan cita hasta diez unidades.

Situados a ambos lados del paseo, se dispone además una pequeña parte del Ejército del Aire y otra, también mínima, de la Armada; así como destacamentos de la Guardia Real y la Guardia Civil. Una tirolina, un globo aeroestático, un rocódromo o un cañón antiaéreo convierten a los asistentes en profesionales por un instante, uno de los grandes reclamos de la exposición: hacer partícipes a los visitantes –el año pasado se alcanzaron los 50.000– de las labores del Ejército.

Y es que lo que de verdad eleva la consideración del evento es su cercanía, pues pocas veces puedes tocar una «Harley Davidson» o un «Rolls Royce» de los que acompañan al Rey o montar en la cabina de un F-4 Phantom y de un Nissan del Seprona.

Con actividades para niños como una pista de obstáculos, un taller de nudos, una cápsula con emulador de patrulla aérea o un pasillo «Air-Soft», entre otros, la espectacularidad es el denominador común durante los tres días de la exposición. Así, en cada una de las jornadas (de 10 a 14.30 horas y de 17.00 a 21.00 horas), que acaban con conciertos de música militar, se realizan exhibiciones de la Unidad Canina o de desactivación de explosivos.