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«Hacer kilómetros y amigos»: el nuevo espíritu de los moteros de Harley Davidson

La Federación Nacional de clubs de Harley Riders se concentra este puente de mayo en Horche en un evento abierto a todos los que quieran ver el mundo desde dos ruedas

p. biosca - Actualizado: Guardado en: Actualidad

Chupas, chalecos de cuero, parches y, sobre todo, motos. Harley Davidson es su marca fetiche y suelen ir en «manadas» por las carreteras, sentados casi a ras del suelo en sus imponentes vehículos. Este puente de mayo harán una parada en Horche para celebrar su C.A.F.E. HDC (Concentración Anual de la Federación Española de clubes de Harley Riders), donde esperan llegar a ser unos 200, incluidos motoristas (hombres y mujeres) y todo aquel que se lo quiera pasar bien con estos chicos que, como diría la canción de Steppenwolf, nacieron para ser salvajes («Born to be wild»).

Salvajes pero democráticos. La Federación Española de Clubes de Harley Riders nació en 2003 de la mano de algunos de los que después fundarían el Harley Davidson Club Guadalajara en 2007, como su vicepresidente, Óscar Collado, que también ostenta el cargo de secretario en la Federación Española. «Precisamente nos reunimos en Guadalajara, en el Hotel Alcarria, para celebrar la primera reunión en 2004», cuenta. Durante esos primeros encuentros decidieron formar un club privado, desvinculado de la marca oficial, Harley Davidson, como sí ocurre en otros lugares, sobre todo en EE.UU. Sin embargo, tienen el permiso de la marca norteamericana para utilizar su nombre y sus logos. «Colaboramos, pero no formamos parte de su estructura, como sí pasa en otros sitios. Aunque la Federación Española cuenta con más de una decena de clubes y cada uno tiene su particularidad», explica.

Democratización sobre dos ruedas

Agrupados por regiones o provincias, cada club decide sus normas, como la participación de la mujer. «Depende de la democratización de cada grupo. Por ejemplo, en el HDC Guadalajara las chicas no son simples paquetes, son un integrante más y colaboran como cualquier hombre. De hecho, mi mujer tiene una moto», asegura Óscar, que se muestra firme en cuanto a la involucración femenina en un mundo, que reconoce, a priori, de hombres. «En otros clubes de España no las aceptan, pero suelen acompañar a sus parejas a las concentraciones o a las fiestas. Es verdad que todavía son menos las chicas que forman parte de los clubes, pero la tendencia está cambiando y te puedo decir que el 15 por ciento de los integrantes de la federación española son mujeres».

En cuanto al perfil de estos moteros, Óscar dice que «hay de todo»: «De edad, hay gente que va desde los treinta y pocos hasta el más veterano, que tiene 64. En cuanto a las profesiones, hay arquitectos, ingenieros, camioneros, fontaneros, agricultores… El HDC Guadalajara es un club muy abierto, y la gente se va apuntando según toma contacto con nosotros. Ha habido casos de chicas que sus novios se han apuntado y, a fuerza de venir a concentraciones, al final ellas también se han animado y no tienen moto».

A pesar de todo, parece quedar algún poso de esa mala reputación que precede a los moteros y que parece haber revivido en los últimos tiempos con la detención de algunas personas vinculadas a grupos de moteros como los llamados «Ángeles del Infierno». «Esto no solo pasa en España, ocurre en todos los sitios. Son grupos que ellos mismos se consideran fuera de la ley, pero no tienen que ver nada con nosotros. En la federación todos estamos constituidos legalmente como asociaciones culturales y nos dedicamos a montar en moto. Nuestro objetivo solo es rodar, hacer kilómetros y amigos, nada más», asevera. De hecho, en su página web se puede consultar su «declaración de intenciones», donde se puede leer: «La federación nace con clara voluntad incluyente, conciliadora, y democrática, con el deseo de abarcar la geografía de España, y con el objetivo de fortalecer y promocionar una manera específica de entender el mundo Harley, promoviendo las buenas relaciones entre los miembros de los clubes».

Apostillando esta teoría, Óscar asegura que entre todos los clubes se llevan bien, y prueba de ello es el este encuentro anual que se celebra en Horche. «Nos han confirmado bastante gente de la federación, pero “El Granero” -el recinto donde se celebrarán los conciertos- está abierto para todo el mundo que se quiera acercar y pasar un buen rato, tenga o no moto», anima Óscar. Una oportunidad de oro para ver el mundo desde las dos ruedas y sacudirse esos «posos» de prejuicios que aún puedan quedar en el aire.

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