Violencia y agresiones, no solo antisemitas, llegan a la Asamblea Nacional francesa

Este año se superará esa cifra. Tras el estallido de la guerra Israel-Hamás, el pasado 7 de octubre, la violencia ha llegado a la AN. Poco menos del 10 % de los diputados franceses (577 en la actual AN) han recibido amenazas de muy diversa índole.

Yaël Braun-Pivet, presidenta de la AN, ha recibido, en su domicilio personal, por correo, varias amenazas de muerte muy «gráficas», acompañadas de fotos de Samuel Paty, el profesor decapitado por un yihadista el mes de octubre del 2020. Cuarta personalidad en importancia jerárquica del Estado, Yaël Braun-Pivet presentó una denuncia judicial, sin mucho éxito, y cuenta con un servicio de seguridad especial.

La diputada de confesión judía Caroline Yadan recibe cada día más de un centenar de mensajes (correo tradicionales y redes sociales) con carácter agresivamente antisemita. De «puta judía» y «sucia sionista». No sin cierta melancólica gallardía, Yadan comenta: «Estamos asistiendo a una deriva peligrosa, agravada por las mentiras que propagan algunas organizaciones, como Amnistía Francia».

Una decena de diputados, entre los que se encontraba Manuel Valls, antiguo primer ministro, han recibido amenazas de todo tipo por haber osado viajar a Israel para afirmar su solidaridad y «derecho a la defensa». A través de las redes de comunicación se han difundido este tipo de mensajes: «Estáis todos fichados. Sois blancos privilegiados».

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La gran mayoría de las violencias y agresiones tienen un carácter antisemita. Pero los diputados de extrema izquierda, muy críticos con el Estado de Israel, sin denunciar nunca el carácter terrorista de Hamás, también sufren amenazas semejantes. Ugo Bernalicis, diputado de La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda) ha sido agredido físicamente en la calle, por personas que lo 'denunciaban' de este modo: «No te hagas el listo. Tú y tus amigos de Hamás vais a recibir lo que merecéis». La dirección de LFI ha publicado un comunicado con esta noticia: «Varios diputados han tenido que cambiar de teléfono y de domicilio, ante unas agresiones amenazantes, para ellos y para sus familias».

La secretaria general de la AN, por su parte, ha presentado una denuncia judicial, tras la multiplicación de «extrañas» llamadas, desde el extranjero, anunciando bombas contra el edificio parlamentario.