El amigo de Putin y jefe del grupo de mercenarios rusos Wagner que recluta presos para luchar en Ucrania

«Represento a una empresa militar privada. Habréis oído hablar del grupo Wagner. La guerra es difícil. No se parece a la guerra de Afganistán o la de Chechenia. Tengo un gasto de munición dos veces y medio mayor que en Stalingrado», explica Prigozhin.

Prigozhin también cuenta a los reos que quienes acepten su propuesta serán indultados y, tras su servicio en Ucrania, quedarán en libertad sin tener que cumplir hasta el final sus penas de reclusión. El jefe de Wagner, que advierte que los desertores serán fusilados, al final de su locución les da solamente cinco minutos para pensar y decir si quieren o no alistarse.

«Pasados seis meses, te vas a casa, recibes el perdón. Los que quieran quedarse con nosotros, se quedan con nosotros. No hay opciones para volver. Si llegas el primer día y dices que 'esto no es para mí', se marca al desertor y después lo ejecutamos», concreta.

A continuación, Prigozhin detalla la lista de faltas que no pueden cometer los combatientes que acepten unirse a Wagner. «El primer pecado es la deserción. Nadie da la espalda. Nadie retrocede. Nadie se rinde. El segundo pecado es el alcohol y las drogas en la zona de combate. Durante los seis meses que estéis con nosotros, siempre estaréis en zona de combate. El tercer pecado es el saqueo, incluidos los contactos sexuales, con mujeres, flora, fauna, hombres, lo que sea», detalla.

«La edad mínima que estamos aceptando es de 22 años. Si sois más jóvenes, necesitaréis un papel firmado por un familiar dando su consentimiento. La edad máxima es de aproximadamente 50 años. Pero si sois fuertes, en la entrevista os haremos unas pruebas básicas para comprobar cómo de fuertes sois. Una buena forma física es fundamental», continúa el jefe de Wagner.

La falta de personal militar ha estancado la 'operación militar especial' en Ucrania y las autoridades rusas tratan por todos los medios de reclutar soldados, ya que, por el momento, el Kremlin descarta decretar la ley marcial y la movilización general, medida que obligaría a la población masculina de Rusia a entrar en las filas del Ejército.