Varios países europeos convocan a representantes diplomáticos rusos en protesta por la muerte de Navalni

Alemania ha sido una de las primeras naciones en hacer este movimiento. El país que dirige Olaf Scholz, además de contra la muerte de Navalni, ha denunciado las condiciones «inhumanas» en las que se encuentran la mayoría de opositores rusos en prisión y que dan muestra de «cuán brutalmente actúa el sistema de justicia» del Kremlin contra ellos.

Más tarde, el Ministerio de Exteriores de Finlandia ha informado en sus redes sociales de que también ha convocado al embajador ruso, Pave Kuznetsov, para subrayar que Moscú es «responsable» de lo sucedido con Navalni y exigirle una «investigación transparente» que Rusia afirma ya está llevando a cabo.

También los países del Báltico –Estonia, Letonia y Lituania– han convocado también a los responsables de la diplomacia rusa en sus territorios. En un comunicado conjunto que han emitido rechazan la celebración este mes de marzo de elecciones presidenciales rusas, justo al cumplirse diez años de la anexión de Crimea: «Carecerán de legitimidad democrática», han denunciado para destacar el «entorno de represión total contra la oposición y los medios independientes y la falta de candidatos creíbles y supervisión internacional».

Estonia, Letonia y Lituania han afirmado que consideran a Moscú como responsable del fallecimiento del destacado opositor ruso y han exigido una investigación veraz.

España también se ha unido a este listado y ha convocado al embajador ruso, Yuri Klimenko, según han detallado fuentes diplomáticas.

Asimismo, ha mostrado su rechazo por la muerte bajo custodia de Navalni ha sido Suecia, que ha convocado al embajador ruso en Estocolmo y ha instado a la Unión Europea a «actuar contra la represión política en Rusia».

El último de estos países que ha llamado al embajador ruso en su terreno ha sido Francia, según ha informado el ministro de Exteriores, Stéphane Séjourné, quien ha acusado al líder Vladimir Putin de de haber mostrado «su verdadera naturaleza».

El Servicio Penitenciario Federal del distrito autónomo ruso de Yamalia-Nenetsia anunció el viernes la muerte de Navalni tras «encontrarse mal durante un paseo». Moscú ha rechazado las críticas por su fallecimiento y ha pedido esperar a los resultados oficiales de la autopsia.

El activista de 47 años llevaba encarcelado desde su detención en enero de 2021 cuando regresó a Moscú desde Berlín, donde había estado recuperándose de un envenenamiento que tanto él como los gobiernos occidentales atribuyeron al servicio de seguridad del presidente ruso, Vladímir Putin.