J.D. Vance dobla la apuesta de Trump por el 'América primero': «Seré un vicepresidente que no olvidará de dónde vino»
Vance, senador por Ohio, de solo 39 años, celebró este miércoles su puesta de largo en el 'ticket' presidencial de Donald Trump
Usha Vance, cara del futuro republicano
Corresponsal en Nueva York
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Iniciar sesiónLa convención republicana en Milwaukee iba rumbo en popa para Donald Trump y llegó J.D. Vance. El senador por Ohio celebró su puesta de largo como candidato a la vicepresidencia con un discurso ante el partido y ante todo el país que solo mejora ... las posibilidades de Trump de recuperar la Casa Blanca. Y que convierte a Vance en un 'presidenciable' sólido para el futuro.
«Amigos, esta es una noche de esperanza. Una celebración de lo que América fue. Y, con la gracia de Dios, lo que volverá a ser pronto», arrancó Vance en su discurso. Llegó envuelto en una ovación sonora, como estrella emergente del partido después de que el lunes Trump le señalara como su compañero de viaje en su viaje de regreso a la presidencia de EE.UU.
Con un Trump al que no le quedarían más mandatos como comandante-en-jefe si gana las elecciones en noviembre, era la primera gran prueba del candidato a vicepresidente como posible delfín, heredero del 'trumpismo', capo republicano del futuro. Vance dio la talla con un discurso bien armado, efectivo, vigoroso y diseñado para impulsar la candidatura de Trump.
Desde antes de que Vance tomara la palabra, su intervención fue una apuesta doblada en el 'América primero', el mensaje populista que llevó a Trump a la Casa Blanca en 2016. Le recibió la música de 'America First', una canción 'country' de Merle Haggard, con los integrantes de la delegación de Texas ondeando a compás su sombrero vaquero. 'Hay que solucionar cosas en todo el mundo, pero reconstruyamos América primero', 'Que Dios bendiga el ejército y que Dios bendiga nuestra libertad, y al infierno con lo demás', sonaba.
«Necesitamos un líder que no esté comprado por las grandes compañías, sino que responda al hombre trabajador. Un líder que no se venda a las multinacionales, que se ponga del lado de las compañías estadounidenses. Un líder que rechace el 'timo verde' de Joe Biden y Kamala Harris y luche para que vuelvan nuestras fábricas», dijo en uno de sus ataques al 'ticket' presidencial demócrata. «Y ese líder es el presidente Donald Trump».
'América primero'
'América primero' ha sido la bandera política de Trump, la que ha permitido a un ligón multimillonario del ladrillo de Manhattan emparentarse con la América profunda empobrecida, la de las cuencas mineras desaparecidas, la de los campos de cultivo que apenas dan para sobrevivir, la de las fábricas en crisis desde hace décadas. Vance coge esa bandera, pero con autenticidad. Porque esa América profunda es la suya. Antes de convertirse en senador por Ohio en 2022, ganó celebridad por su libro de memorias 'Elegía rural', en el que retrataba una infancia de pobreza, hijo de madre soltera adicta a la droga, criado por su abuela.
«Yo crecí en Middletown, Ohio», contó a su partido y a todo el país, en uno de los momentos más seguidos de la convención. «Un lugar olvidado por la clase dirigente de Washington».
El candidato a la vicepresidencia personificó ese olvido en la figura de Biden, que lleva en política más tiempo que él en vida, y al que acusó de impulsar acuerdos comerciales, guerras en países lejanos y políticas económicas que han destrozado a comunidades como la suya. «Biden ha sido el campeón de todas las grandes iniciativas políticas que han hecho a EE.UU. más débil y más pobre», defendió.
Donald Trump Jr.
La introducción del discurso de Vance corrió a cargo de Donald Trump Jr., el primogénito del expresidente de EE.UU. Donald Jr., que ha ganado un papel preeminente en los círculos 'trumpistas', ha desarrollado una relación estrecha con Vance y fue decisivo en la elección de candidato a vicepresidente de su padre. Ese apoyo le puso por delante de los otros dos favoritos: Marco Rubio, senador por Florida, y Doug Burgum, gobernador de Dakota del Norte.
Vance tiene tres grandes cosas que ofrecer a Trump. La primera, lo que más valora el multimillonario neoyorquino: la lealtad. En los últimos meses, el senador ha hecho campaña en primarias por Trump, ha recorrido los platós defendiendo su candidatura y le ha acompañado en los juzgados de Nueva York, donde fue declarado culpable de la comisión de delitos. En su discurso, Vance hizo hincapié en el mensaje del «abuso, difamación, persecución» en el que Trump ha basado su intento de regresar al poder. A pesar de ello, «ha dado todo para pelear por la gente de este país. Él no necesitaba la política, pero el país le necesitaba a él». Es un giro radical para un Vance que fue crítico al extremo con Trump en 2016 y que recondujo su relación con el expresidente para conseguir su apoyo en su carrera a senador en 2022.
En segundo lugar, Vance será un arma para que Trump reconquiste los estados clave del Medio Oeste, del cinturón del óxido, como Wisconsin (donde se celebra la convención), Michigan (donde Trump dará este sábado su primer mitin tras el atentado del pasado sábado, con la compañía de Vance) y Pensilvania. Durante el discurso, mencionó estos tres estados sin descanso, en un intento indisimulado de impulsar a Trump en esas batallas, donde la economía tendrá un papel central: «Se acabó lo de servir a Wall Street, nos comprometeremos con los trabajadores», dijo.
Y, sobre todo, el candidato a vicepresidente aporta algo que no le sobra ni a Trump ni, sobre todo, a su rival, Joe Biden: a sus 39 años, mucha juventud. El principal papel de un vicepresidente es ser un recambio confiable del presidente y servir al partido como candidato de futuro. Vance se mostró resuelto, certero, confiable.
Como ha hecho Trump en las últimas semanas, Vance hizo un llamamiento a la unidad del partido y una invitación a los no republicanos para sumar fuerzas. Lo hizo por omisión. No mencionó el aborto, ni la agenda LGBTQ, ni el cambio climático, ni la llamada teoría crítica racial, ni el robo electoral por el que clama su compañero de 'ticket', asuntos en los que defiende posiciones alejadas de los sectores moderados de su partido. Es decir, ofreció una versión blanca del movimiento MAGA de Trump ('Make America Great Again', 'Hacer grande a EE.UU. otra vez'), sin las partes que más pueden asustar a los votantes independientes y a los moderados republicanos, a quienes Trump y Vance necesitan para conquistar la Casa Blanca.
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