Trump respalda a Edmundo en una advertencia clara al régimen de Maduro

En un mensaje publicado en redes sociales, Trump elogió tanto a la líder opositora María Corina Machado como a González Urrutia, destacando su papel como representantes de las aspiraciones democráticas del pueblo venezolano frente al régimen chavista.

Trump subrayó que los venezolanos, acompañados por cientos de miles de manifestantes, están expresando pacíficamente su voluntad, y afirmó que estos «luchadores por la libertad» deben mantenerse seguros y no sufrir represalias del dictador.

Horas antes del mensaje, la coalición opositora denunció la detención de Machado durante una marcha en Caracas, aunque más tarde ella misma confirmó que se encontraba en libertad, señalando que había sido víctima de una agresión por parte de elementos oficialistas.

El pronunciamiento de Trump se produce en un momento crucial, cuando tanto demócratas como republicanos coinciden en la necesidad de reforzar las sanciones contra Maduro.

La dictadura venezolana, acusada de consolidar su permanencia de forma ilegítima, ha incrementado la represión para silenciar a la oposición antes de la jura de este viernes.

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David Alandete | Corresponsal en Washington

En declaraciones a ABC, el senador republicano Rick Scott aseguró estar trabajando en nuevas sanciones contra el régimen chavista, que podrían surgir tanto desde el Congreso como desde la administración Biden. Según fuentes diplomáticas, el Departamento de Estado está ultimando medidas adicionales que podrían implementarse antes del traspaso de poder a Trump.

Hasta este jueves, las acciones concretas de Trump hacia Venezuela eran inciertas. Durante la reciente visita de González Urrutia a Washington, hasta el martes, se intentó coordinar un encuentro con el expresidente. Sin embargo, Trump, quien estaba en Florida, solo viajó a la capital el miércoles para asistir al funeral del expresidente Jimmy Carter. La negativa a reunirse con el líder opositor venezolano había generado inquietud entre sectores de la oposición y algunos legisladores republicanos.

Además, Trump se enfrenta a presiones significativas de empresarios y donantes del sector petrolero que abogan por un enfoque más pragmático hacia Venezuela. Estas voces promueven negociaciones con Maduro para abordar la inmigración y garantizar la estabilidad del mercado petrolero. Un reciente informe de 'The Wall Street Journal' reveló que estas propuestas podrían traducirse en beneficios estratégicos para el régimen chavista, complicando aún más las decisiones de la futura administración.

Por otro lado, la migración venezolana continúa siendo una prioridad para Trump. Bajo el gobierno de Biden, cerca de un millón de venezolanos ingresaron de manera irregular a Estados Unidos. Trump ha prometido deportar a todos los indocumentados, pero para ello necesita colaboración internacional. Las tensiones con México, tradicionalmente receptivo a las deportaciones, se han intensificado debido a amenazas de sanciones económicas y otras medidas diplomáticas controvertidas impulsadas por el presidente electo.

Mientras tanto, Maduro ha incrementado su control interno. Esta semana anunció la detención de siete presuntos mercenarios extranjeros, entre ellos ciudadanos estadounidenses, acusados de planear actos terroristas contra su gobierno. Sin embargo, no se han presentado pruebas que respalden estas acusaciones.

Adicionalmente, el régimen ha distribuido armas entre grupos paramilitares no entrenados, lo que aumenta el riesgo de violencia y desestabilización en el país. En ese contexto, reapareció Machado en una manifestación tras la cual fue acodada y perseguida.

Durante su primer mandato, Trump respaldó una estrategia de máxima presión contra Maduro, reconociendo a Juan Guaidó como presidente legítimo y apoyando intentos fallidos de derrocamiento. Sin embargo, su postura actual parece más ambigua, generando incertidumbre sobre el alcance de su compromiso con la democratización de Venezuela.

El equipo de González Urrutia, en reuniones con congresistas republicanos, enfatizó que este es un momento estratégico para aumentar la presión sobre Maduro. Argumentaron que los aliados clave del régimen, como Rusia e Irán, están debilitados por conflictos internacionales, lo que ofrece una oportunidad única para fomentar el cambio. No obstante, la falta de un compromiso abierto de Trump hasta entonces había generado incertidumbre entre los opositores venezolanos y sus aliados estadounidenses.

Por ahora, la oposición venezolana y los legisladores en Washington esperan que las acciones de Trump respalden ahora sus palabras, traduciéndose en un apoyo tangible a la lucha por la democracia en Venezuela. El nuevo mandato de Trump comienza el 20 de enero.