Trump puebla la cúpula del Departamento de Justicia con sus abogados personales

A muchos les sonarán los rostros de Todd Blanche y Emil Bove, los letrados que cada mañana flanqueaban a Trump en el banquillo de acusados en su juicio penal de la pasada primavera en Nueva York. Tras una campaña electoral turbulenta, en la que el candidato republicano ha prometido venganza y represalias contra sus rivales demócratas, Trump se los llevará a Washington para liderar el Departamento de Justicia.

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Blanche, el abogado que ha dirigido su defensa en las cuatro imputaciones penales que le han perseguido desde comienzos del año pasado, será su vicefiscal general, el 'número dos' en este departamento, uno de los más decisivos en la acción de Gobierno (en España, sería el resultado de unir el Ministerio de Justicia y la Fiscalía). Bove, por su parte, actuará como 'número dos' interino mientras Blanche recibe la confirmación del Senado y después será 'número tres' en el Departamento de Justicia.

Otro de los abogados de Trump, John Sauer, también se integrará en la cúpula del Departamento: será procurador general, el 'número cuatro' en su jerarquía.

Trump, que valora la lealtad hacia él más que nada en el mundo, agradece con estos nombramientos los servicios prestados por sus abogados. Todo apunta a que saldrá indemne de las cuatro imputaciones que ha enfrentado, pese a la importancia política de algunas de ellas -como las dos relacionadas con su intento de dar la vuelta a los resultados electorales de 2020- o la abundancia de evidencias en otras -como la de retención de documentos clasificados-. Blanche y el resto de abogados lograron entorpecer y retrasar la mayoría de los procesos hasta pasada la cita electoral de este mes. Lo consiguieron en todos los casos excepto en el juicio de menor entidad, el de falsificación de documentos financieros para ocultar un romance con una actriz porno, que sí fue a juicio. Fue declarado culpable por un tribunal popular pero el juez del caso todavía debe fijar su sentencia y es muy probable que la victoria electoral de Trump le libre de cumplir penas de entidad.

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Sauer fue determinante en uno de los episodios que más ha beneficiado judicialmente a Trump: él fue quien defendió ante el Tribunal Supremo que muchas de las actuaciones de las que le acusaban por la causa de 2020 estaban cubiertas por la inmunidad presidencial. Los jueces -con una mayoría conservadora forjada por el propio Trump con tres elecciones de magistrados en su primer mandato- le dieron en parte la razón, lo que afectó a varias de las causas y retrasó cualquier impacto judicial hasta después de las elecciones.

Los tres abogados tienen cierta experiencia en la fiscalía, como ocurre con muchos abogados penalistas, pero solo Sauer tiene un historial relevante para el puesto, después de haber tenido ese mismo cargo en el estado de Misuri durante seis años.

Si Blanche consigue la confirmación del Senado -es muy probable que lo haga, estará bajo mayoría republicana-, cerrará una transformación sorprendente. Hace solo año y medio, cuando fue fichado por Trump para su defensa, era un abogado de prestigio de un despacho de Nueva York, registrado como votante demócrata. Ahora pasará a llevar el día a día de un Departamento gigantesco, que lidera la persecución del crimen y la administración de justicia a nivel federal en la primera potencia mundial.

La decisión de poblar la cúpula del Departamento de Justicia con sus abogados personales llega un día después de que Trump anunciara que su elegido para fiscal general es Matt Gaetz, quizá el diputado republicano más extremista y polarizante, en su nombramiento más controvertido hasta el momento. Su confirmación, que estará salpicada por los detalles de investigaciones emprendidas en la Cámara de Representantes contra él -entre otras cosas, por relaciones sexuales con una menor-, será más complicada, con algunos senadores republicanos incómodos con la elección de Trump.