Trump elige a Robert F. Kennedy Jr., crítico con las vacunas, como secretario de Sanidad

La decisión de Trum era esperada, después de que Kennedy Jr. se sumara a su campaña a mediados de julio y de que el candidato republicano anunciara en mítines que pondría las decisiones sobre salud en sus manos. No por ello deja de ser controvertida para los expertos en salud pública: pondrá a Kennedy Jr., que un veterano activista contra las vacunas, a las que ha acusado de causar autismo, al frente de una agencia responsable de administrar seguros médicos públicos para decenas de millones de estadounidenses, aprobar medicamentos, regular los alimentos y responder a situaciones como la reciente pandemia de Covid-19.

«Voy a dejarle que vaya a saco con la salud. Voy a dejarle que vaya a saco con la comida. Voy a dejarle que vaya a saco con los medicamentos», dijo Trump en uno de sus últimos mítines de campaña.

Kennedy Jr. es el último eslabón de la gran dinastía política de EE.UU. Hijo de Robert F. Kennedy, fiscal general y candidato a la presidencia asesinado, y sobrino de John F. kennedy, presidente de EE.UU., también asesinado, buscó presentarse a la Casa Blanca por el Partido Demócrata, la casa de su familia. Pero, ante la posibilidad de derribar a Joe Biden en primarias, optó por una candidatura independiente. Logró un apoyo significativo, pero muy por debajo de los dos grandes partidos, y en julio decidió sumarse a la campaña de Trump. Kennedy Jr. es un paria en su propia familia desde hace mucho tiempo, condenado por su escepticismo sobre las vacunas y, ahora, por su apoyo a Trump.

En campaña, el nominado a secretario de Sanidad ha defendido que no busca prohibir las vacunas, sino exigir estudios sobre seguridad para que los ciudadanos puedan tomar decisiones informadas al respecto. También se comprometió a luchar para eliminar químicos de los alimentos y a eliminar el flúor del agua que beben los estadounidenses, al que acusa de provocar caída en el cociente intelectual de los niños.

Kennedy Jr. necesitará ser ahora confirmado por el Senado, de mayoría republicana, en un proceso en el que, sin duda, los legisladores sacarán a luz su oposición a las vacunas.