Trump se impone y México acepta cuatro vuelos con deportados solo «mexicanos»

El mensaje hace referencia a que Sheinbaum ha rechazado que México sea «tercer país seguro», o sea, donde los migrantes de diversas nacionalidades pueden esperar sus trámites para acceder a EE.UU. legalmente. Esta política se instauró en el primer gobierno de Trump y tuvo consecuencias negativas en el norte del país, donde los migrantes fomentan la indigencia y la criminalidad en la región más productiva del país.

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Milton Merlo | Corresponsal en Ciudad de México

Respecto a los cuatro vuelos militares anunciados por la Casa Blanca, nadie en el Gobierno mexicano ha podido confirmar que solo hubiese mexicanos a bordo.

Para Sheinbaum es una situación muy compleja porque si no acepta los deportados, Trump ha amenazado por imponerle aranceles del 25% a todo el comercio con México lo cual sería un duro golpe para la economía y el ingreso casi seguro a una etapa de recesión.

En las horas previas hubo cierta tensión porque el matutino 'The New York Post', propiedad de Rupert Murdoch, muy cercano a la Casa Blanca de Trump, había revelado que México habría rechazado un avión con personas expulsadas del país.

El manejo de los deportados es otro frente de alta complejidad para Sheinbaum porque diversos migrantes han dicho a medios de comunicación que no quieren vivir en México por los bajos salarios y la alta inseguridad. Voces que contrastan con el discurso oficial que dice que los migrantes serán recibidos con «abrazos» y se les ofrecerán apoyos sociales que el Gobierno otorga a jóvenes, madres solteras o adultos mayores, la piedra angular de la política social iniciada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador.

Trump firmó el pasado lunes decretos que darían a la agencia de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos más libertad para llevar a cabo acciones de cumplimiento en áreas sensibles, ampliar el grupo de inmigrantes indocumentados sujetos a la deportación acelerada y poner fin a la ciudadanía por derecho de nacimiento, una medida que ha recibido un fuerte rechazo de los expertos constitucionales y de los estados y ciudades liderados por los demócratas, que ya han impugnado la medida en los tribunales.

Entre otras acciones, Trump ha desplazado 15.000 soldados hacia la frontera, se dio permiso a las autoridades federales para arrestar personas cerca de escuelas e iglesias, y se amplió el grupo de inmigrantes indocumentados elegibles para deportación rápida sin una audiencia judicial.