El Tren de Aragua, la megabanda criminal venezolana, se instala en Nueva York

Inicialmente, el centro de operaciones de los delincuentes se encontraba en la prisión de Tocorón, en Aragua, Venezuela, pero se desconoce dónde está el nuevo núcleo desde que la prisión fue intervenida por las autoridades venezolanas en una operación en la que se fugaron alrededor de 500 presos.

Noticia Relacionada

El testaferro de Maduro creó una red mundial de evasión de sanciones

David Alandete

Documentos judiciales en Florida apuntan a una trama para lavar dinero con la entrega de oro a Turquía

En Nueva York, los miembros del Tren de Aragua se dedican a robar teléfonos móviles. Se desplazan en motocicletas, se suben a las aceras, arrebatan los dispositivos a los peatones y se alejan a toda velocidad.

Para alertar a los ciudadanos del modus operandi de los criminales, la policía ha difundido un vídeo en el que una mujer de 62 años es arrastrada por una calle de Brooklyn, aferrada a la cartera que dos hombres robaban.

Según el medio estadounidense 'New York Post', después de que los móviles son robados, las cuentas bancarias de las víctimas son vaciadas con transacciones fraudulentas, tanto en Estados Unidos como en Sudamérica, y los dispositivos se envían a Colombia para ser borrados, reprogramados y vendidos. Hasta semanas recientes, la policía neoyorquina se había alarmado por el aumento de asaltos en la cuidad y es ahora que han podido vincular el patrón de robos con la pandilla venezolana, que se ha mudado a la Gran Manzana haciendo que sus miembros crucen la frontera sur y soliciten asilo.

El jefe de detectives de la policía de Nueva York, Joseph Kenny, reveló que varios de estos ladrones han sido arrestados y que la mayoría de ellos vivían en albergues para migrantes.

A 5400 kilómetros de Nueva York, en Perú, el Gobierno ha decretado un estado de emergencia en dos provincias de la región La Libertad, autorizando a las fuerzas armadas a intervenir junto a la policía ante el auge de violencia vinculada a organizaciones criminales y la minería ilegal, según ha informado el primer ministro, Alberto Otárola.

La medida se extenderá por 60 días e involucra notablemente a Trujillo, tercera ciudad del país y eje industrial del norte peruano, así como a la provincia de Pataz donde las mafias de oro ilegal han echado raíces.

En Trujillo y en Pataz se ordenó suspender la atención en locales comerciales, eventos sociales y espectáculos entre la medianoche y las cuatro de la mañana «hasta controlar en forma definitiva la ola de delincuencia».

Las autoridades denunciaron que las bandas organizadas se dedican al sicariato, extorsiones y cometen actos de terror contra la policía, y aseguran que el crimen organizado ha cambiado sustancialmente en los últimos años en Perú tras la crisis migratoria en Venezuela.