Los republicanos declaran la guerra a las 'Drag queen'
En Estados Unidos una veintena de estados tramita leyes para prohibir actos públicos de 'cabaré para adultos' con niños, entre acusaciones de adoctrinamiento infantil y manifestaciones
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Iniciar sesiónEs algo común desde hace casi una década. En grandes ciudades de Estados Unidos y sus suburbios, sobre todo los bastiones demócratas, cada cierto tiempo una 'drag queen' lee un cuento a niños pequeños en una biblioteca, librería, parque o centro cultural. Suelen ser ... los libros esenciales de la infancia americana –'Buenas noches, Luna', 'Donde viven los monstruos', 'La pequeña oruga glotona'– a veces ligeramente modificados o adaptados para la 'drag queen', que suele hablar a los menores de temas como la fluidez de género y sexo. Otras veces se cantan canciones sobre la diferencia o variedad sexual.
No son pocos los casos en que esto sucede en instalaciones públicas o con cargo al presupuesto municipal. Por ejemplo, en Washington la red de bibliotecas públicas organiza anualmente una decena de actos de este tipo, generalmente entre mayo y octubre. Una de sus estrellas es Venus Valhala, [nombre artístico de William Havanek] que tiene ya toda una rutina en pie para sus célebres lecturas, en las que va ataviada con frondosas pelucas rubias o pelirrojas, largas batas brillantes y altísimos tacones.
Uno de los libros que Venus Valhala suele leer a los niños, la mayoría de primaria, que acuden a sus lecturas en el barrio de Adam Morgan, es 'Gusano ama a gusano', un breve cuento sobre dos invertebrados que viven en un circo y se enamoran, y que viene a ser una alegoría de un matrimonio gay. En junio, Valhala se presentó ante una decena de niños durante la celebración del orgullo gay en Washington para leerles 'Ceniciento', donde el cuento se convierte en una historia de amor entre dos hombres. Después, cantó con los niños la canción tradicional 'Si te sientes muy feliz', que adaptó a 'Si te sientes orgulloso'.
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El contenido de esos actos en Washington, similares a los que la organización Drag Queen Story Hour (Hora de cuentos con las 'drag queens') convoca en toda la geografía de EE.UU. desde 2015, no es abiertamente sexual, sino que se centra en exponer a los menores a conceptos que no se suelen tratar en las aulas, como las relaciones entre personas de mismo sexo o la posibilidad de cambiar de género. Según la página web de Drag Queen Story Hour, el cometido de estas charlas es, directamente, «celebrar la diversidad de género».
Esto ha generado el rechazo de grupos religiosos y del Partido Republicano, que acusa a la organización, con la connivencia de los demócratas, de adoctrinar a los niños en cuestiones de género y sexo. El asunto se ha convertido en un caballo de batalla para ese partido a un año de primarias y elecciones en las que aspira a volver a controlar el Senado y la Casa Blanca, y ampliar su ajustada mayoría en la Cámara de Representantes.
Desde hace unos meses, las protestas contra esas lecturas de 'drag queens' a menores se han multiplicado por todo EE.UU., y ahora dieciocho estados, gobernados por republicanos, han iniciado trámites para prohibir el uso de fondos públicos en ellas. En algunos lugares las lecturas han continuado entre grandes dispositivos de seguridad, y en otros han sido canceladas, entre gritos y amenazas.
En una base militar
El propio Gobierno federal no se ha escapado de la polémica. Muchos republicanos consideraron inaceptable el anuncio del Pentágono de que en junio de 2022 la Fuerza Aérea iba a ofrecer en una base militar en Alemania una lectura de 'drag queens' a niños para celebrar el mes del orgullo gay. El senador republicano Marco Rubio envió a la cúpula de Defensa una carta pidiendo explicaciones e información sobre cuánto costaban esos eventos. Pronto, el Pentágono admitió que no era la primera vez, y que en años anteriores en la misma base hubo lecturas a niños de un libro dedicado a enseñar a los menores cómo mover las caderas como si fueran una 'drag queen' «para sentirse fabulosos». El libro se titulaba 'Las caderas del 'drag' se sacuden así, así, así».
Las lecturas de 'drag queens' en las bases aéreas quedaron canceladas. Según afirma el senador Rubio, «lo último que debería preocupar a los padres que sirven a su nación en el extranjero, sobre todo en un escenario de crecientes tensiones geopolíticas, es si sus hijos están expuestos a materiales de contenido sexual por el simple hecho de haber visitado una biblioteca local». Para su partido, el problema no acaba en las bases militares. Sus compañeros en los estados se han puesto manos a la obra.
Proyecto de ley
Pronto, los republicanos en la Cámara de Representantes presentaron un proyecto de ley «para detener la sexualización de los niños», aun en trámite. Esencialmente, impediría el uso de fondos públicos, directamente o a través de intermediarios, para financiar eventos dirigidos a niños menores de 10 años en los que participen 'drag queens'. Según el diputado conservador Mike Johnson, autor del texto, «el Partido Demócrata y sus aliados culturales están en una cruzada equivocada para sumergir a los niños pequeños en imágenes sexuales e ideología de género radical». Tres meses después de presentar esta ley, los republicanos se hicieron con la mayoría en la Cámara, pero al no controlar el Senado, esa ley se ha atascado.
De momento, son los estados federados los que van avanzando por su cuenta. El primero en dotarse de una ley como tal, que entra en vigor el 1 de julio, ha sido Tennessee, sólido bastión conservador de casi siete millones de habitantes. El pasado 2 de marzo, el gobernador, el republicano Bill Lee, firmó la primera ley de EE.UU. que limita los «espectáculos de cabaré para adultos» en instalaciones financiadas por el erario público. Esos espectáculos se definen como «bailes en toples, de gogós, exóticos, 'strippers', animadores disfrazados de hombre o mujer que proporcionen entretenimiento que apele a un interés lascivo, o artistas similares».
El programa, 'RuPaul's Drag Race' se ha convertido además en una franquicia mundial. Tan pujante es su influencia que a la última edición en Canadá acudió invitado el primer ministro Justin Trudeau.
Según el senador estatal republicano Jack Johnson, promotor de la ley, esta no pretende atacar las actuaciones de 'drags' ni a las personas transexuales. «Este proyecto de ley no va dirigido a ningún grupo de personas. No prohíbe los espectáculos de 'drag queens' en público. Simplemente establece restricciones de edad para garantizar que no haya niños presentes en los espectáculos de contenido sexual explícito», afirma.
Estas iniciativas van de la mano de otras probadas en estados como Florida, que eliminan de bibliotecas infantiles públicas libros que toquen asuntos sobre identidad sexual o de género, y limitan la enseñanza de estos en las escuelas.
De momento, Tennessee, donde no es que abunden los actos de niños con 'drag queens', se ha convertido en un modelo para limitarlos. Hay iniciativas similares en Arizona, Idaho, Kansas, Kentucky, Missouri, Texas y el resto de estados, todos con amplias mayorías republicanas, pero con ciudades controladas por demócratas.
Esta campaña llega en un momento en que las percepciones sobre género y sobre las 'drag queens' en concreto han cambiado notablemente en EE.UU. Como abanderado de esta causa está el artista RuPaul, uno de los más veteranos en el género, que presenta un programa que hoy tiene enorme éxito y se emite en la cadena MTV, con alcance nacional por cable.
En él, desde hace 15 temporadas, RuPaul elige a la mejor 'drag queen' de la temporada, con premios de cientos de miles de dólares. No es una serie marginal ni mucho menos. RuPaul ha contado con invitados demócratas de mucho poder e influencia, como Nancy Pelosi, que hasta el año pasado presidía la Cámara de Representantes, o la neoyorquina Alexandria Ocasio-Cortez, la musa de la nueva izquierda estadounidense.
El programa, 'RuPaul's Drag Race' se ha convertido además en una franquicia mundial. Tan pujante es su influencia que a la última edición en Canadá acudió invitado el primer ministro Justin Trudeau. En una de las ediciones de Reino Unido, un competidor actuó disfrazado de Donald Trump. En la española, que emite Atresmedia, otro se disfrazó de Isabel Díaz Ayuso.
RuPaul se ha pronunciado sobre las nuevas leyes en un comunicado en el que describió la campaña republicana como «una técnica de distracción clásica, que nos aleja de los verdaderos problemas para los que [los legisladores] fueron elegidos: el empleo, la sanidad, la seguridad de nuestros hijos en sus propios colegios… Pero sabemos que esos matones son incompetentes a la hora de resolver problemas reales».
Una cortina de humo
Es el argumento con el que los grupos que defienden la valía de esas lecturas se han unido: prohibirlas es una cortina de humo en vísperas de año electoral. Según opina Sarah Warbelow, que es directora legal de la organización Human Rights Campaign, «ninguna de estas leyes trata de proteger a los jóvenes, sino de difundir información errónea y peligrosa contra la comunidad transexual; se trata de redoblar los esfuerzos para atacar a los artistas 'drag' y a los jóvenes transexuales. Los cuidados de reafirmación de género son apropiados para la edad y necesarios desde el punto de vista médico, y sólo se prestan en consulta con los médicos y con el consentimiento de los padres. Y el 'drag' es una forma de entretenimiento de larga tradición y una importante fuente de empleo para muchas personas en todo el estado».
La Casa Blanca, de momento, ha optado por tomar partido de forma más o menos tapada. A finales del año pasado, el presidente Biden ratificó una ley federal que protege el matrimonio entre personas del mismo sexo tras una serie de sentencias del Tribunal Supremo de corte conservador. Fue la primera vez en la historia de la presidencia en que 'drag queens' fueron invitados formalmente, con tarjetón y sello presidencial. No para leer nada, es cierto, pero sí para estar cerca del presidente y tomarse abundantes selfies.
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