Un piloto resulta herido tras romperse el parabrisas de un avión a 11.000 metros de altitud: investigan si el impacto fue de un globo meteorológico

El incidente se produjo el jueves 16 de octubre, cuando el vuelo UA1093, operado con un Boeing 737 MAX 8 que transportaba a 134 pasajeros, sobrevolaba el oeste de Estados Unidos. Según los datos de seguimiento de vuelo, el avión se encontraba a 36.000 pies cuando un objeto no identificado golpeó el parabrisas frontal de la cabina. Los pilotos iniciaron un descenso controlado y lograron aterrizar con seguridad en Utah, donde el piloto recibió atención médica por lesiones leves.

En un primer momento, se barajaron hipótesis tan inusuales como el impacto de un fragmento de basura espacial o de un pequeño meteorito, ya que a esa altitud resulta extremadamente improbable la presencia de aves o drones. Sin embargo, una nueva línea de investigación apunta ahora a que fue un globo meteorológico.

La compañía WindBorne Systems, dedicada al desarrollo de globos meteorológicos inteligentes de larga duración, ha comunicado que uno de sus dispositivos podría haber sido el objeto que golpeó la aeronave. En un comunicado difundido este lunes, la empresa aseguró que está colaborando estrechamente con la Administración Federal de Aviación (FAA) y con la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), que encabezan la investigación.

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«Estamos trabajando estrechamente con la FAA en este asunto. Hemos implementado de inmediato cambios para reducir el tiempo de vuelo de nuestros globos entre los 30.000 y 40.000 pies y estamos acelerando nuestros planes para incorporar sistemas que eviten automáticamente el contacto con aeronaves», señaló WindBorne en su declaración pública.

La compañía también indicó que desarrolla nuevos diseños de hardware para minimizar el impacto en caso de colisión y que todos sus vuelos futuros incorporarán seguimiento en tiempo real, con el fin de prevenir que los globos crucen rutas comerciales.

Los parabrisas de los aviones comerciales están diseñados con múltiples capas y pueden resistir impactos severos de aves o pequeños objetos, además de grandes diferencias de presión. Sin embargo, el choque con un cuerpo a esa altura y velocidad, aunque sea moderado puede provocar daños importantes por la velocidad del impacto.

Tras el aterrizaje, los pasajeros fueron reubicados en otro avión de la compañía para continuar su viaje, con un retraso aproximado de seis horas. Ninguno de ellos resultó herido.

Tanto la FAA como la NTSB mantienen abierta la investigación y se espera que en las próximas semanas se confirme oficialmente la causa del impacto.