Meloni baja al «infierno en la tierra» donde fueron violadas dos niñas por una manada

En el Parque Verde, considerado la mayor zona europea de tráfico de drogas con el control de la camorra, se desarrolló durante meses la escalofriante historia de la violencia sexual contra dos primas de 10 y 12 años por una docena de menores y dos jóvenes de 18 y 19 años, entre ellos hijos de camorristas. Giorgia Meloni realizó el viaje por invitación del párroco que lucha contra la camorra, Maurizio Patriciello, con escolta permanente por las amenazas de los clanes mafiosos.

A su llegada al barrio Parque Verde de Caivano, Meloni inspeccionó el lugar del horror: el centro deportivo en completo abandono, donde las dos niñas sufrieron las agresiones sexuales reiteradas. Después, la primera ministra visitó a Patriciello en su parroquia. En el exterior de la iglesia de San Paolo, un grupo de personas aclamó a la primera ministra gritando «Giorgia, Giorgia». Otro grupo se manifestó contra Meloni con esta reivindicación: «Queremos trabajar, danos un trabajo honesto».

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El sacerdote esperaba respuestas concretas. Tras una reunión de 40 minutos, Patriciello mostró su satisfacción: «El encuentro resultó muy bien. Mejor, imposible. La primera ministra nos dio una fecha: dijo que para la primavera de 2024 el centro deportivo volverá a ser un polideportivo». El párroco asegura que «muchos adolescentes hacen lo que ven en la pornografía», por lo que ha dicho a Meloni que «es necesario bloquear las webs pornográficas».

La primera ministra visitó después el instituto Francesco Morano, donde presidió una reunión del Comité Provincial de Seguridad. Al final, en una declaración a la prensa, Meloni expresó «solidaridad a las víctimas inocentes de un acto inhumano, la violación es un crimen infame, me temo que hay otros episodios como estos que no salen a la luz». Luego la primera ministra reconoció el fracaso del Estado en este y en otros territorios italianos: «Si estamos hoy aquí para condenar un episodio bárbaro, significa que aquí se ha producido un fracaso por parte del Estado, a pesar de los esfuerzos que se han hecho. El Estado justo –añadió– tiene ante todo el deber de defender a los más débiles y principalmente a los menores».

La primera ministra anunció medidas para fortalecer las estructuras escolares y la seguridad del territorio, explicando cuál es el plan del Gobierno: «A partir de este territorio, que hoy es conocido por sus problemas, el objetivo es que mañana sea un modelo: de ser un problema, a ser un ejemplo». Giorgia Meloni afirmó que «se verán pronto los resultados» del plan de Gobierno «basado en la firmeza del Estado contra la ilegalidad, las drogas y la criminalidad». La primera ministra concluyó con una advertencia contra la criminalidad que actúa a sus anchas en territorios donde está ausente la presencia del Estado: «El Parque Verde de Caivano no es el único territorio en estas condiciones: hay muchos territorios que se encuentran en las mismas condiciones. En Italia no puede haber zonas francas. Y este mensaje está dirigido a los muchos Caivano de Italia».

A pesar de la tensión inicial, el clima en torno a Meloni fue mejorando respecto al aire que se respiraba horas antes de su llegada en las redes sociales. La primera ministra estuvo en el punto de mira en internet con numerosas y graves amenazas por su reforma de la llamada 'renta de ciudadanía' (un subsidio de paro y de ayuda a personas vulnerables), con invitación a los habitantes de Caivano para «recibir a Meloni con tomates podridos». Entre las numerosas amenazas, una persona escribió en Facebook: «Esperemos que se quede muerta en Caivano». La primera ministra recibió mensajes transversales de solidaridad, de compañeros de la mayoría gubernamental y también de fuerzas de oposición y sindicatos.

Giorgia Meloni pudo percibir la atmósfera envenenada en la que se vive en este territorio infernal, según la definición del propio presidente de la región de Campania, Vincenzo De Luca: «Es un infierno en la tierra, se necesita un verdadero estado de sitio militar. Es una expresión fuerte pero no encuentro otra. Debemos decir con gran espíritu de verdad que el Estado no existe en Caivano, a pesar del compromiso de fuerzas del orden extremadamente limitadas».

Por esta tierra, el párroco Patriciello arriesga su vida al denunciar la 'omertà'(la ley del silencio que impone la mafia) y luchar desesperadamente para evitar que caigan en manos de la camorra los adolescentes, de los que hace este desgarrador retrato: «Sólo el rostro imberbe delata su edad. De hecho, razonan sobre armas, prisión y drogas como los traficantes más experimentados. Lo saben todo. Saben los riesgos que corren y el dinero que ganarán. Son chicos muy valiosos para los criminales. Mano de obra esencial. Guardan, esconden y portan las armas. El asesino sólo las tendrá cuando sea el momento adecuado. No puede correr el riesgo de que la policía descubra que las lleva encima –explica el párroco–. Tienen poco más de quince años. La edad en la que deberías pasar sus días leyendo libros para aprender el arte de vivir y esperar; soñar y planificar. En cambio, están ahí. Disponible para el jefe. Están esperando que se les ordene». Estas frases del sacerdote están en su libro 'Evangelio de la Tierra de los fuegos'. Lo escribió hace 10 años. Siguen siendo muy actuales.