El protocolo carcelario que regula la ejecución por nitrógeno de Kenneth Smith en Alabama

El reo será atado a una camilla. Según el protocolo estatal, se le leerá la sentencia de muerte entonces y se le preguntará si tiene unas últimas palabras. Posteriormente, se activará el sistema desde otra habitación. Smith tendrá puesta una máscara de gas a través de la cual respirará el nitrógeno hasta que su cuerpo se quede sin oxígeno.

La máscara que le van a colocar en ocasiones se emplea por trabajadores industriales para obtener oxígeno y se trata de la primera vez que se aplica a una persona este método que la ONU equipara a «tortura».

Hace dos años, Smith, fue condenado a muerte por inyección letal, pero sobrevivió. «Todavía estoy traumatizado por la última vez«, confesó en diciembre en una entrevista a la radio pública NPR, en la que confesó estar «absolutamente aterrorizado» ante la perspectiva de volver a pasar por lo mismo.

Para el procedimiento que se va a llevar a cabo este jueves, son varios los peligros que se han alertado, relativos a tener cerca tanques con nitrógeno. Así, según detallan medios internacionales que citan el protocolo emitido, el personal que va a participar en la ejecución tiene que recibir formación previamente. Asimismo, quienes no vayan a tener un papel determinante tendrán que salir de la habitación una vez que se le coloque la máscara a Kenneth Smith.

Tampoco podrá estar en el interior el asesor espiritual del reo, salvo que haya revisado y firmado un formulario de reconocimiento sobre esto con anterioridad.

El reverendo Jeffrey Hood, asesor espiritual de presos, citado por la CBS, denunció que la prohibición de permanecer junto a la persona ejecutada va en contra de lo que dictó la Corte Suprema el pasado 2022, que indicaba que se les debía permitir estar presentes durante la ejecución de los reclusos a los que acompañan.

Este método de ejecución ha ido ganando peso después de que en 2009 los estados que aplican la pena de muerte comenzasen a experimentar dificultades para dar con los medicamentos utilizados para llevar a cabo la inyección letal, la opción más utilizada desde su creación.

Además de Alabama, de los 27 estados que aplican la pena de muerte en EE.UU., también Oklahoma y Mississippi han aprobado protocolos similares de asfixia con nitrógeno en los últimos años, aunque no los han implementado por el momento. El primero de los tres en adoptar este método, informa CNN, fue Oklahoma, que la aprobó como apoyo por si en algún momento se decidía que la inyección letal era inconstitucional o por lo que fuera no se encontraba disponible.

Según expertos citados por este medio internacional, para que saliese adelante esta legislación, se basaron en un artículo en el que tres académicos afirmaban que esta asfixia por nitrógeno «podría asegurar una muerte rápida e indolora». En esa línea se posicionó también Joe Allbaugh, quien en 2018 era el director del Departamento Correccional de Oklahoma, que afirmó que «el individuo pierde el conocimiento y no siente nada después de un par de respiraciones». En 2018 Alabama introdujo también este método de ejecución.

En 2023 se llevaron a cabo 24 ejecuciones en Estados Unidos, todas mediante inyección letal. La última ejecución por gas en EE.UU. ocurrió en 1999. Fue a través de la cámara de gas, lo cual no es lo mismo que la hipoxia por hidrógeno. El preso, Walter LeGrand, condenado a muerte por asesinar a un director de banco en 1982, murió en 18 minutos.