PERFIL
María Corina Machado, la líder de la resistencia que ni Chávez ni Maduro han podido doblegar
La líder opositora recibe el Premio Nobel de la Paz «por su incansable labor en favor de los derechos democráticos del pueblo de Venezuela y por su lucha por lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia»
La líder de la oposición venezolana María Corina Machado, Premio Nobel de la Paz 2025
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Iniciar sesiónMaría Corina Machado (Caracas, 1967), antichavista y liberal, irrumpió en la política venezolana en 2002 con Súmate, una ONG dedicada a la defensa de los derechos políticos. Su objetivo era fortalecer la democracia participativa en un contexto de creciente autoritarismo bajo el gobierno de ... Hugo Chávez, que había asumido la presidencia tres años antes.
Súmate jugó un papel clave en la organización y movilización ciudadana que permitió, en 2004, la primera y única convocatoria de referendo revocatorio en el país. Sin embargo, Chávez fue ratificado en el cargo y se aseguró de aplicar represalias a sus contrincantes: hizo pública la lista de quienes habían solicitado su remoción y se encargó de que no mantuvieran un empleo público o un contrato con el Estado. Los tiempos de la tolerancia política habían terminado.
Desde entonces, Machado, que estudió Ingeniería Industrial en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y proveniente de una familia importante del sector industrial, se dedicó a tiempo completo al servicio público para frenar la deriva bolivariana. Siempre fue percibida por el chavismo como un adversario al otro extremo del espectro político, pero no como una verdadera contrincante, pues sin respaldo partidario carecía de suficiente impulso. La oposición seguía estando en manos de los mismos de siempre.
«Se hace mucho dinero, también en España, con el hambre de Venezuela»
Ludmila VinogradoffEn 2010, Machado, sin afiliación partidaria, alcanzó un escaño en la Asamblea Nacional como la candidata más votada. Durante ese período pronunció una frase que quedó grabada en la memoria colectiva de los venezolanos. En enero de 2012, durante una alocución de Chávez en el parlamento, lo interrumpió para decir que «expropiar es robar», en alusión a la ola de expropiaciones que el Gobierno aplicaba a empresarios y propietarios, muchos de los cuales nunca recibieron compensación alguna por arbitrariedad. Machado se declaraba firme opositora al comunismo. Chávez evitó responderle. Le sugirió que primero ganara unas primarias porque «estaba fuera de ranking para debatir con él». «Águila no caza mosca», se justificó un Chávez. Dos años más tarde, el chavismo encontró la fórmula para hacerle pagar a Machado tal atrevimiento.
En 2014 fue destituida como diputada por «traición a la patria» tras aceptar el cargo de «embajadora alterna» de Panamá ante la OEA, que había asumido con el objetivo de exponer la situación venezolana ante la Comisión Permanente y llevar la lucha por la democracia a instancias internacionales. También fue inhabilitada para cargos públicos. «Actúan como los dictadores que son; que se preparen, nosotros vamos a actuar como la mayoría que somos», respondió.
El ocaso de la dictadura
Fue una de las primeras en llamar a la dictadura por su nombre, y en ocasiones incluso fue descalificada por sectores de la oposición como «extremista». Durante años, Machado estuvo marginada dentro del mismo bloque opositor por ese supuesto radicalismo. Sin embargo, en octubre de 2023, tras varios fracasos opositores y un evidente desgaste, aquella «mosca» que Chávez despreció ganó las elecciones primarias, sin la participación del ente electoral controlado por Maduro. Pero, consciente de su peso político, el chavismo extendió ilegalmente su inhabilitación, que supuestamente había expirado años atrás.
Esa situación dio lugar a la aparición de Edmundo González como candidato 'sustituto'. El régimen creyó que, con un desconocido, se diluiría el impulso de la disidencia, pero la campaña, pese a innumerables obstáculos, logró que González triunfara con el respaldo de Machado. El chavismo desconoció el resultado, y los dirigentes opositores -Machado, González y su equipo- terminaron en prisión, en el exilio o en la clandestinidad.
Machado permanece en Venezuela escondida para evadir al régimen que busca encarcelarla y millones de venezolanos aún se aferran a la esperanza de que sea ella la líder que finalmente ponga un punto y final a la era chavista. Para algunos de sus connacionales, este Nobel representa un aliento en medio de tanta incertidumbre y de la larga espera de un cambio que no termina de llegar.
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