Venezuela militariza las escuelas para obligar a dar clases a los docentes, en plena protesta por sus bajos sueldos

Su abuela Rosa Rodríguez vive en Petare, el barrio más populoso de Latinoamérica, pero amenace todos los días vendiendo café y empanadas en la estación de servicio de la Segunda Avenida con Primera transversal del exclusivo municipio de Chacao. A su cargo tiene los tres nietos después que su madre los dejara a su cuidado porque emigró con su marido para trabajar en Lima, Perú.

«Hoy no llevé a los niños a la escuela porque reciben clases solo dos días a la semana. Es verdad, así no aprenden nada y los tengo que tener en la calle mientras trabajo. Lo extraño es que la escuela ahora está tomada por militares y policías», afirma Rosa en su lamento de impotencia y resignación.

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La vuelta a clases comenzó este lunes 2 de octubre con mal pie y con amenazas de empeorar la crisis crónica educativa porque el Gobierno de Nicolás Maduro no resuelve los conflictos sociales y laborales desde hace 10 años que está en el poder.

El régimen chavista de Maduro militarizó las unidades educativas para controlar y obligar a los educadores a dar clases de manera forzada debido a sus reclamos por un aumento salarial. Incluso los uniformados armados pasan asistencia a los docentes y a los ausentes los amenazan con despedirlos.

Griselda Sánchez, presidente de la Asociación Civil Formación de Dirigentes Sindicales, aseguró que al menos un 70% de las escuelas en todo el país fueron tomadas por militares y policías para el inicio del año escolar 2023-2024.

«Lo insólito es que los militares pasan asistencia a los docentes», los que también deben reportarse con su móvil en el QR digital del Ministerio de Educación, añade Sánchez al reclamarles que los cuerpos de seguridad ni siquiera patrullan las escuelas durante las vacaciones escolares cuando los vándalos aprovechan de saquearlas como ocurrió esta vez con la Unidad Educativa Nacional Consuelo Navas Tovar en el Cementerio de Caracas.

Los docentes ganan entre 5 y 30 dólares mensuales, lo que no les alcanza ni para pagar el transporte para acudir al sitio de su trabajo y mucho menos la cesta alimentaria familiar de más de 500 dólares, según cifras de CENDAS.

Lo que más ha indignado al magisterio es que la ministro de Educación chavista, Yelitza Santaella, ha invocado la revolución bolivariana en curso y pide paciencia a los trabajadores para que tengan «fe y esperanza» sobre sus reivindicaciones salariales mientras dirige una fuerte campaña de amedrentamiento con los agentes de seguridad contra el gremio educativo.

De acuerdo al censo de 2017 la infraestructura educativa nacional de Venezuela posee más de 27.000 unidades educativas públicas, de las cuales más del 60 % y 70% presentan fallas de agua potable, electricidad, pupitres y comedores escolares. Su planta física se está desmoronando, necesita refacción de techos, paredes y pintura.

Deisy Solórzano, presidenta del Sindicato Venezolano de Maestros en Apure, declaró al medio digital El Diario que ve muy difícil que los docentes se incorporen en su totalidad al nuevo año escolar, porque aparte de los bajos salarios, los colegios «no están aptos para reiniciar las clases».

Por si fueran poco los males que aquejan al sistema educativo nacional, más del 60% del staff de 300.000 y 400.000 de maestros venezolanos han abandonado su puesto de trabajo para migrar a otros países latinoamericanos o dedicarse a otra profesión porque el mísero sueldo no les alcanza para comer.

Solórzano indicó que están trabajando junto a sus afiliados para «empoderar a los maestros» en materia de derechos laborales. No obstante, esperan que el Estado cumpla con su obligación en aumentar los salarios a los docentes, para que al menos puedan cubrir el costo de la canasta básica.

Por su lado, Rosa León, presidente del Sindicato Venezolano de Maestros de Vargas, comentó al medio 'El Diario' que las protestas de los docentes seguirán en las calles, mientras el Estado no responda a las diferentes demandas.

León agregó que los docentes están en la misma situación que el año escolar anterior (durante la pandemia del Covid), es decir, sin ningún tipo de beneficios que honren una calidad de vida digna tanto para ellos como para su entorno.

Y añadió que entregaron una carta a la viceministra de Educación para que se tome en cuenta los requerimientos de los maestros y también para que se discuta la contratación colectiva, pero siguen sin recibir respuesta alguna.

La respuesta a sus demandas que dio el Gobierno de Maduro fue poner a los cuerpos de seguridad en las escuelas para controlar y obligar a los maestros a dejar su rebeldía para otra ocasión.